Capítulo 1.

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Se escuchaban gritos provenientes de la sala de estar, sus padres tenían continuas peleas cada que su padre llegaba borracho a la casa, siempre acusaba a su madre de infidelidad, siempre había sido así, Leah estaba escondida detrás de su buro con la cabeza entre sus piernas llorando, después se escucharon golpes secos provenientes de la venta. Levantando la mirada vio una sombra del otro lado, la ventana se abrió y alguien entro, era Andy, se acerco donde ella.

-¿Todo bien? -Le pregunto mientras le pasaba el brazo sobre los hombros dándole un cálido abrazo, ella negó con la cabeza y siguió llorando- Relájate, todo estará bien.

-No Andy, nada nunca estará bien. Todo es un desastre, todo siempre esta jodido.

Le mira con ternura y pena mientras la aprieta un poco más contra él - Princesa Leah, le prometo que las cosas mejoraran, pronto nos iremos de este pueblo y todo será mejor, -le besa su mejilla- lo prometo.

Leah lo mira con los ojos lloros y entierra su cabeza en su cuello regresando al llanto. -Nunca te atrevas a dejarme sola aquí, Andy... ¡Nunca!

-Se lo prometo, mi princesa. -La aprieta un poco más contra él y comienza a cantarle.

"You're not alone,

we'll brave this storm,

let's face today,

you're not alone"

La puerta de la habitación se abrió de golpe y un cuerpo voluminoso entro a la misma, tenía un cinturón en una mano y una botella de cerveza en la otra.

-A ver a ver, veamos a la mini zorrita que tengo de hija, -comenzó a acercarse donde Andy y Leah se encontraban- eres igual a tu madre, una puta que se revuelca con la primer cosa que se encuentra. -Da un trago a la botella, Leah se encogía en los brazos protectores de Andy y lloraba- No te hagas la mártir, que tú y tu madre saben lo que hacen, unas simples zorras.

Lanza la botella hacia la pared, se acerca peligrosamente y toma a Leah del brazo mientras se preparaba para soltar el golpe contra ella.- ¡NO LO HAGA! -Grita Andy poniéndose de pie retando al hombre de gran musculatura que tenia frente. -Lo hace y llamo a la policía.

John empujo a Leah y se lanzo contra Andy para comenzar a golpearlo.

-Te crees muy inteligente viniendo a mi casa y retarme, ¡¿HE?! ¡Tú eres el que ha hecho a mi hija una zorra igual que su madre, tu eres el causante de todo! Te golpeara hasta que pierdas la conciencia maldito bicho.

-¡NO! -Leah se lanzo sobre él- ¡Vete Andy, vete! - Le gritaba mientras lo miraba.

John tomó a Leah del brazo, el otro lo posiciono en su cuello. Andy estaba observando la escena desesperado por no saber qué hacer para salvarla. De repente comenzó a escuchar el ruido de una sirena y las luces rojas y azules traspasaban las cortinas.

-¡Bendita mierda! -Masculló John mientras soltaba a Leah y corría hacia la puerta trasera, pero ya era muy tarde, la policía había rodeado todo el terreno y estaban esperándolo fuera de este.

-¡Leah!, -Andy se acerco donde estaba y la tomo en sus brazos, esta comenzó a sollozar- Ya, ya estoy aquí, nunca te dejare mi princesa, estoy aquí.

Comienza a arrullar en sus brazos hasta que entro un grupo de oficiales a la casa y la llevaron a la ambulancia. La subieron para llevarla al hospital a checarla, Andy subió y las puertas se cerraron, tomo fuertemente su mano y lloro en silencio mientras la miraba.

-Aquí estoy, Princesa. -Le susurró y la ambulancia comenzó su camino al hospital-

5 años después.

-Despierta dormilona. -Le dije a Leah- Me comeré todo si no despiertas ahora.

Le soplaba en el oído causándole cosquillas, lo cual provoco que me diera un golpe en el costado de la cabeza.- ¡Hey, no vale! - me quejo y comienzo a hacerle cosquillas, ella abre los ojos y comienza a reír y a dar patadas y manotazos al aire.

-¡Déjame, por favor, no puedo respirar! - pare y la mire, mire su cabello desordenado, sus ojos azules, su boca, su nariz. La admire por unos segundos más y volví a hablar.

-Bien, bajemos a almorzar.- Tome su mano y nos dirigimos a la cocina- Por cierto, feliz cumpleaños princesa Leah, -beso el torso de su mano y levanto la mirada y la fijo en sus ojos, poco a poco veo como se sonroja. Me fui acercando poco a poco hasta que nuestras respiraciones se mezclaban, olía a fresas con menta, mi mirada iba de sus ojos a sus labios, lentamente hacia este recorrido, ella cierra sus ojos y yo me acerco para terminar besándola lentamente, pose mi mano en su mejilla y la otra en su cintura y nos separamos.

-Gracias, -susurro Leah y se aclara la garganta- ¿Dónde dices que están los pancakes?

Sonreí, siempre cambiaba de tema cada nos besábamos y eso me gustaba, hacia que se viera tierna, aun no éramos nada oficial; ya que, yo soy algo torpe para pedicelo, pero creo que el día se acerca.

Llegamos a la cocina, le serví el desayuno, dos pancakes, tocino y chocolate caliente. Nos sentamos, comimos y reímos, tomaba su mano y la miraba a los ojos, al terminar saque un pequeño pastel del refrigerador y comencé a cantarle "Feliz Cumpleaños". Nos fuimos a la sala y prendimos el televisor, ella tenía sus piernas extendidas sus pies rozaban en mi muslo.

Tengo algo que decirte. -La mire y ella quito su vista del televisor.

-¿Qué paso? -Frunció un poco el seño.

-A la banda nos han ofrecido firmar un contrato con una disquera en Los Angeles. -Le sonreí y espere a su reacción.

-¡Wow!... ¡Vaya, Andy! -Se quedo congelada unos minutos, se veía felicidad y duda en su mirada- ¡Felicidades, es un gran paso! -Me abrazo y se quedo así por un buen rato-

-¿Qué tienes? No estás tan feliz como hace un momento. -Levanto su mentón y la miro a los ojos-

-¿Qué? ¡Claro que no! Estoy feliz por ti y por los chicos, ¡wow! Los Angeles... -calló un momento y me miro- Los Angeles. -Dijo en susurro.

-Leah...

-Felicidades, esto merece otra rebanada de pastel. -Se levanta y va a la cocina.

Me levanto y la sigo -¿Qué es? Leah, por favor. -Me acerco por detrás de ella abrazándola y poniendo mi cara en su cuello- ¿Qué pasa?

-Te irás... Y te olvidaras de mi, -sollozó- me prometiste que nos iríamos juntos de aquí.

Ahí fue donde comprendí, pensó que la abandonaría aquí, ¿Cómo fue que llego a esa conclusión? Le di la vuelta e hice que me mirara a los ojos. -Jamás me iría sin usted, mi princesa Leah, -besé su mano- si tú eres la primera cosa que metería en mi maleta. -La abracé- Nunca en la vida me olvidaría de ti, siempre eres tú la que toma mis recuerdos. -Besé su cabello.


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Hola, somos Sofi y Rosy. Trataremos de subir frecuentemente la novela, esperemos les guste ;)

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⏰ Última actualización: May 28, 2015 ⏰

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