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Shaka y Mu, dos pequeños niños que fueron criados con disciplina y rectitud para convertirse en dos "Omegas" del mas alto valor, sin embargo, todo cambia cuando en el primer celo de uno de ellos, todos des...
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Cap. 12: Perdedor
Dormitaba ligeramente, hasta que escuchó unos pasos acercarse por el pasillo, era Saga, conocía esas pisadas pesadas. Se acomodó lo mejor que pudo antes de que el Alfa ingresara, parecía relajado, con tranquilidad caminó hasta donde él.
— Es hora de irnos, Mu. Ya todo terminó.
— ¿Qué dices? ¿Y mi declaración? — Mu alarmado. No era posible que las cosas hubiesen terminado así de fácil. Sin él poder hacer nada más que esperar sentado en una sala de Omegas.
— No será necesario, el veredicto esta claro, no es necesario que regreses a este sitio.
— ¿Qué veredicto?
— No necesitas preocuparte por eso...
— Saga, no... — Las manos de Mu sobre las de Saga, aquel contacto tan improbable se dio, haciendo que el Alfa detuviera su intensión de tomar la silla de Mu, se miraron a los ojos, azules pupilas profundas las del mayor de los gemelos.
— ¿Vas a decirme otra vez que lo quieres? — Preguntó cansado, Mu hacía tiempo que no se intimidaba cuando Saga se mostraba agresivo ¿Pero aquella reacción? deslizó sus manos por ambos brazos de Saga para alejarlo y las regresó a sus propias piernas. — Ya no eres un niño Mu. Shaka tiene prioridades. ¿Tienes claro por qué es este juicio? Tú no estás en sus planes.
— Sólo quiero saber si todo está bien.
— Todo está bien para ti, eso es lo único que importa. — Tragó un poco de saliva y un suspiro cansado, las cosas no estaban para nada bien, lo supo Mu, pero aceptó que tal vez en ese lugar no era lo mejor hablar, se sabía discreto, no reaccionaba reactivo a menos que Saga lo provocara y justo ahora parecía más bien que le contenía. — Es mejor si nos marchamos.
Y lo hicieron, por la parte trasera del edificio, como habían ingresado, el auto de saga les esperaba. Tuvo que ser sostenido para sentarse en el asiento del copiloto. Saga cruzó por delante para tomar el lugar del conductor. Avanzaron, en la parte delantera del ministerio había algunos reporteros y a Mu le había sido imposible ver por qué tanto alboroto, aún así no preguntó nada más. Cuando el camino se desvió de su departamento, hacia la casa de Saga, supo que todo aún no concluía. Estaba nervioso por no saber qué ocurría y a pesar de eso no se atrevía a decir ni una sola frase.
Temía no poder manejar las cosas si se enteraba de todo en ese momento. Prefirió la ignorancia, miraba el móvil, Alde no había respondido nada más, sin embargo... la notificación de llamada le hizo dar un pequeño respingo, colgó apenas reconoció el número, su número, pero el interlocutor era insistente tanto que llamó la atención de Saga, que miró sobre su hombro para observar la insistente entrada de llamadas.
— Apaga el móvil, no quiero que nada nos interrumpa, tengo algo importante que decirte.
Mu obedeció, una discusión no era conveniente pero el corazón le estaba palpitando. ¿Shaka estaba marcando? Negó con la cabeza, apagó el móvil como Saga quería y lo guardó en la bolsa de su suéter tejido. Tal vez se trataría de Shun. Eso era un millón de veces más probable.
