CAPITULO 26

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El corazón le latía desbocado al igual que los cascos de su caballo golpeando velozmente contra el suelo, la brisa acariciaba su rostro alborotando sus rizos, necesitaba sacar de sus adentros toda esa impotencia, ansiaba la libertad que acaba de perder sin tan solo darse cuenta.

¿Qué sentido tendría ya su vida? , ya nunca más podría acercarse a ella, nunca podría acariciar su rostro ni disfrutar de su dulce aroma, las punzadas de dolor en su pecho iban en aumento con cada pensamiento, ya no podría volver a contemplar su hermoso rostro, su sonrisa. Nicolás cerro sus ojos con dolor, esa sonrisa que tanto adoraba, el brillo de sus ojos, negó con la cabezas tratando de apartar esas imágenes de su mente esas imágenes que lo hicieron mantener la esperanza y la cordura en sus peores momentos, esos recuerdos que tanto atesoraba en su corazón.

Nunca hubiera imaginado ese final para ellos, pues su vida no tenía ningún sentido sin ella, la noche estaba bien avanzada la luna brillaba iluminando la imponente finca, freno su caballo a dos patas y el pobre animal relincho haciendo acopio de su cansancio, Nicolás le acaricio el lomo y tras unos minutos contemplando la ventana de Roció, se dirigió hacia la entrada.

Recorrió el camino principal como si alguien tirara de él, despacio, sin prisa, escuchando los latidos de su agitado corazón. No savia que hacia ay, ni que va a decir o hacer, su interior gritaba que no debería continuar, que ya había llegado demasiado lejos era su última oportunidad de dar marcha, pero los anhelos de su corazón eran más fuertes que cualquier otra cosa en el mundo.

Guio a su caballo a las cuadras de la entrada y después de asegurarse de que tenía suficiente agua y comida se dirigió hacia la entrada de servicio donde José y Marta reían, abrió la puerta de golpe y su pobre cuñada casi cae del regazo de José asustada se llevo la mano a su abultado vientre José salto a sus brazos dando gracias a dios

-Llegas pronto hermano – rio apretando su abrazo - no te esperábamos asta de aquí unos días, un momento – dijo apartándose lo suficiente como para poder mirarlo a los ojos - ¿que ha pasado?

-Nicolás aparto la mirada

-Marta sube a descansar necesito hablar con mi hermano, y por favor ni una palabra de que esta aquí – una vez a solas guio a Nicolás hasta una silla y se sentó junto a él posando una mano sobre el hombro de Nicolás, que no necesito más que esa pequeña muestra de consuelo para romper en llantos como si de un niño se tratara, con su cabeza agachada incapaz de mirar a José sintiéndose el ser mas rastrero y miserable de la faz de la tierra.

-tranquilo eso es – suspiro - sácalo todo fuera.

-Nicolás necesito un par de minutos para poder recomponerse y enfrentarse a la realidad, cogió aire un par de veces armándose de valor y susurro.

- Lo he echado todo a perder - izo una pausa para míralo a los ojos -

-¿no me digas que te has casado? – dijo sorprendido al igual que preocupado ya que el estado de su hermano era lamentable. el silencio se alargo más de lo debido ya que Nicolás agacho de nuevo la cabeza y cubrió su cara entre sus manos

-¡ Nicolás ¡ , no lo puedo creer , no es cierto - exclamo levantándose de golpe dándole la espalda mientras frotaba su cara nervioso – Nicolás – continuo agachándose a su lado – por favor , dime que no es cierto

-Despacio Nicolás levanto la mirada y lo miro a los ojos , dudo unos momentos pero al final confeso

-Me he acostado con ella – murmuro entre dientes

-que - grito José volviendo a sentarse, respiro profundamente asimilando la noticia - ¿cómo?

-Ya sabes cómo ,maldita sea

amor gitanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora