La hanyou, el hanyou

Kibou

Disclaimer: Los personajes y la historia no son míos. Los personajes son de Rumiko Takahashi y la historia es de Wolf Blossom, yo únicamente traduzco.

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—Tú sígueme, Kagome —dijo Inuyasha mientras empezaban desde lo alto de un árbol...

Sango, Miroku y Shippo estaban sentados sobre Kirara mientras Kagome saltaba detrás de Inuyasha.

—¿A qué huele Totosai? —preguntó Kagome.

—A esas cosas marchitas de tu época, las cosas que le dan gases al viejo...

—¿Ciruelas?

—Sí.

—¡Oh, puaj! —gruñó Kagome mientras se posaba en la rama de un árbol e inspeccionaba la zona.

—¡Kagome, rápido! —dijo Sango.

—¡Fragmento! —gritó. Inuyasha paró de saltar y se dio la vuelta, volviendo con Kagome.

—¿Qué?

—Siento... Dios mío...

—¿Qué? —preguntó Miroku.

—Siento siete fragmentos.

—¿SIETE? —bramaron todos.

—¿En qué dirección? —Inuyasha fue el primero en recobrarse y le preguntó a su compañera hanyou.

—Por allí. —Kagome señaló a una aldea cercana. Inuyasha asintió mientras Kagome y él empezaban a saltar hacia la aldea, Kirara los seguía—. ¿Qué dirán de cuatro demonios, un monje y una exterminadora? —preguntó Kagome.

—Se asustarán, enseñaremos los colmillos y luego obtendremos nuestros fragmentos. —Inuyasha se encogió de hombros mientras empezaban a caminar desde la entrada de la aldea. Kagome jadeó cuando sintió que un aura muy oscura los rodeaba.

—Miroku, ¿sientes eso? —susurró Kagome.

—Es un aura muy pesada, está cubriendo a toda la aldea —masculló Miroku mientras apretaba su agarre en el báculo.

Sango agarró su Hiraikotsu mientras Inuyasha agarraba la empuñadura de Tetsusaiga. Kagome agarró su arco y sus flechas habituales. Un anciano caminó en su dirección. Miroku sintió que emitía un aura muy, muy fuerte.

—¿Demonios viajando con un monje y una exterminadora? ¡Fuera! —bramó.

—Ah, cállate —masculló Inuyasha mientras pasaba al lado del anciano. Kagome tenía que admitir que el que te odiaran era una situación dura.

Me pregunto si así es como se siente Inuyasha... cada día... ¿durante toda su vida?

—¿De dónde vienen los fragmentos, Kagome? —preguntó Inuyasha en un tono muy enfadado.

—De ahí —dijo Kagome señalando a una torre enorme.

—De acuerdo —gruñó Inuyasha mientras sacaba a Tetsusaiga.

—¡A POR ELLOS! —llegó una voz muy áspera. El equipo se dio la vuelta justo a tiempo para ver una flecha siendo disparada hacia ellos.

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—Ya ves, Totosai, Kagome necesita un sello o su sangre demoníaca la controlará —dijo Myoga. Myoga le había dicho a Inuyasha que iba a adelantarse para informarle a Totosai de su llegada.

—Un sello demoníaco, ¿eh? ¿Cuál es su arma?

—El arco y las flechas.

—Como las flechas se agotan, le haré un arco como sello —dijo Totosai mientras sacaba su gran martillo.