Capítulo 04.

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"El amor es algo eterno, el aspecto puede cambiar, pero no la esencia

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"El amor es algo eterno, el aspecto puede cambiar, pero no la esencia." ~Jeff Zinnert

Por ti.

Muchas veces, las cosas inesperadas son aquellas que nos fortalecen el alma y que nos hacen sentir como nada en la tierra, es eso que nos hace tener un nuevo rayito de esperanza que creíamos perdido pero que a la vez nos hace volver a ver la vida de un hermoso color rosa.

Cuando perdimos a Keylani, nuestro mundo se oscureció al punto de sentirnos sin rumbo, no teníamos idea de cómo lograríamos sobrevivir sin ella, pues para nosotros era lo único que importaba en nuestras vidas y la luz que alumbraba nuestro caminar, pero cuando se fue algo oscuro nos atrapo impidiendo que viéramos más allá de nosotros mismos.

Durante meses, lo único que hacíamos era encerrarnos en las misiones y embriagarnos todas las noches para terminar llorando en su departamento abrazando sus cosas y deseando que de alguna forma ella apareciera de repente y sanara nuestras heridas, pero con el pasar de los meses, nos dimos cuenta de que eso no ocurriría.

Tratamos salir del profundo hueco de depresión en el que nos habíamos sumido, había sido un proceso doloroso pero después de seis meses logramos comenzar a superar su partida, claro que cualquier cosa que mencionaran sobre ella o que nos recordase su muerte era un maldito detonante para las emociones que solo nos enfermaban, pero que de alguna forma nos recordaban que el dolor de su perdida era un signo de que seguíamos con vida y que aunque su ausencia nos quemase por dentro, debíamos continuar con nuestra vida como ella lo deseaba.

Sin embargo, ambos nos hicimos una promesa: Amarla hasta el final de nuestros días y serle completamente fieles hasta nuestra muerte. No queríamos estar con nadie más pues sabíamos que nadie llenaría el vacío que ella habia dejado, no habia nadie que fuera una Diosa, Ángel y hada a la vez, no había ser mitológico o celestial que expresará su belleza y no solo la exterior, su alma estaba llena de bondad y amor, algo completamente difícil de encontrar.

Arniel y yo nos tiramos al piso cuando escuchamos la explosión de una bomba de desorientación, creada especialmente para la IISMF con el objetivo de ser una distracción en caso de emboscadas. Los disparos no tardaron en escucharse, cinco personas entraron al lugar derribando las ventanas del lugar y las puertas de emergencia, los hombres cayeron uno por uno ante los disparos certeros de las personas que habían llegado a nuestro rescate, habíamos dado batalla pero era imposible ganar si éramos dos contra cien.

—¡Contrataquen! —gritó uno de los hombres enmascarados, tratando de ocultarse de las balas que destruían el lugar y perforaban las paredes —. ¡A comer mierda!

Uno de los hombres que podía reconocer aliado, se acercó a mi para ayudarme a poner de pie, sin decir una palabra me entregó una de las armas y me hizo una señal, no dude mucho en comenzar a disparar y esquivar los ataques de los enmascarados los cuales se empeñaban en joderme la existencia, tratando de derribarme.

Sólo tú. Mi dulce tormento.©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora