Y bueno. Cómo ayer intentando actualizar termino llenando el primer día para el Rarepair week sin proponermelo. Quise ver si era capaz de publicar el resto que me faltaban, así sea de menos de 1000 palabras.
Desde que ví este Ship quise centrarme un poco en ellos 2 solo de niños.
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Para un niño de su edad, no era raro dejarse llevar por el instinto de su mera curiosidad. Un niño envuelto en un templo que su inocencia apenas le dejaba percibir qué para los ojos de los extranjeros, y fuera de este era como vivir en una fantasía, una construcción que hace años se creía perdida.
El niño era Ox, en ese momento con solo 7 años pero en un futuro no muy distante futuro santo de Tauro, guardián de Athena. La doncella que se encargaba de su cuidado y educación básica le informo que como futuro Santo de oro era momento de empezar sus entrenamientos más rigurosos.
El robusto rubio asintio a su maestra. Detallando a todos los jóvenes infantes que junto con él serían la próxima generación de Santos de oro. Empezando a congeniar, a su vez, se dejó ver bastante ver qué eran niños pequeños conviviendo por primera vez con gente de su edad, bandoles la libertad de jugar como otros niños.
Para Ox termino llamando mucho la atención que uno de ellos este apartado. Su cabello era algo que nunca vio, un rojo bastante fuerte, liso y bonito. Enmarcando lo que fácilmente sería un rostro de porcelana. Ese chico era muy diferente al resto de sus compañeros.
Ox destacada por ser grande, DeathToll por su forma de ser, Mistorya, Izo y Kaiser por su seriedad bastante extraña. Shijima destacaba casi por desentonar, callado a un rincón mirando a cada uno desde la distancia. Ox, movido cuál títere por la curiosidad se acercó a él.
Mirando al rostro del niño mientras le extendía su mano. Shijima no dijo nada, se mantuvo callado pero le correspondió el gesto, alzando su vista a él sonriendose mutuamente.
— Me llamo Ox, ¿Tu? — El rubio se sintió incómodo por el silencio. Shijima, aunque portada un rostro amable y pacífico, el hecho que no pronunciara palabra incomodaba al futuro Tauro.
— Ahhh... ¿Hice algo malo? ¿No puedes hablar? — Shijima nego, aflojando sus facciones. Era bastante expresivo aún sin hablar por lo que parecía.
— ¿No puedes hablar? — Nuevamente el pelirrojo nego. Calmando así al joven tauro que pudo respirar un poco tranquilo en su joven mente.
— Bueno. No hay problema en eso, estoy seguro que podemos seguir comunicándonos. No necesitas hablar. — Le declaró. Volviendo a extenderle su mano.
Aunque tuvieran la misma edad, el tamaño de Ox era bastante más grande. La mano del pelirrojo era muy pequeña junto a la suya, y su altura era evidente.
— ¿Una doncella te suele cuidar? Puedo preguntarle a la doncella tu nombre. — Nuevamente el pelirrojo asintio. Pero antes de que esté fuera a buscarla, Shijima lo detuvo. Haciendo un gesto con la mano.
— ¿No quieres que vaya? Quisiera saber tu nombre. — Tras unos minutos, el futuro santo de virgo logro hacerle atender lo que deseada. Haciendo sonreír a Ox.
— Vamos a jugar entonces. Si tienes problemas, estoy seguro que nos podremos comunicar de otra forma. También te puedo cuidar si algo malo pasa. Como una caída. — Y así fueron. Encontrándose con los que en unos años serían sus compañeros Santos de oro.
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— Joven Ox. — El nombrado se volteo, una mujer morena, cabello claro y varios adornos que el toro no logro identificar se acercó a él. — Shijima me pidió que hablara con usted, y le agradeciera. — Dicho esto. Procedió a explicarle a Tauro acerca del voto del silencio en el que estaba el pelirrojo.
Para el futuro Tauro, sería un deseo cumplido si podía escuchar la voz de su amigo.
