Capítulo 39

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Era imposible ¿verdad?, pero el aroma, ese aroma que jamás olvidaría y que ahora se mezclaba con el de Naraku, le hizo sentir tantas ganas de matar al hibrido que salió corriendo dejando atrás a Jaken, rin y Kohaku.

su olfato y ese instinto que gritaba con fuerza en su interior, le hicieron llegar a las afueras de una cueva, donde vio a Kagome, mas bien el cuerpo de Kagome que aun poseía el alma de Zero, su Zero.

una de las extensiones de Naraku atacaba a Inuyasha y sus amigos, mientras Kikyo estaba “apuntando” una flecha hacia la marioneta, pero Sesshomaru no era ingenuo como su hermano y enseguida vio las verdaderas intenciones de la sacerdotisa. A quien realmente estaba apuntando era a Kagome que estaba a unos cinco metros de ella agarrándose su brazo derecho; a unos metros estaba Bloody rose tirada.

Kikyo tenso la cuerda del arco, soltó la flecha, mientras una sonrisa aparecía en sus labios, sonrisa que desapareció cuando Sesshomaru desvió la flecha con Tokijin.

Muy lentamente, Zero volteo a verlo, su corazón comenzó a latir con rapidez, sin embargo Sesshomaru no volteo a verlo a él, su vista estaba puesta en su objetivo: aquella maldita sacerdotisa.

Aprovechando que todos estaban sorprendidos por la aparición de Sesshomaru, los tentáculos de la marioneta de Naraku se dirigieron hacia Kagome, la sujetó atrayéndola a su cuerpo, Sesshomaru reaccionó, pero cuando volteó, Zero ya no estaba a su lado. No perdió tiempo, se dirigió hacia Bloody rose mientras escuchaba a Inuyasha y a sus amigos maldecir a Naraku.

Tomó el arma, sintiendo como una corriente difícil de explicar atravesaba su cuerpo. Cuando volteó a ver a Naraku, este sonreía mientras usaba el cuerpo de Kagome como escudo.

—maldito bastardo —gruñó Inuyasha, frustrado por no poder hacer nada.

—suéltalo —demando Sesshomaru. Inuyasha y sus amigos al igual que Naraku lo voltearon a ver, sorprendiéndose por los ojos rojos que tenía. Pero su sorpresa creció mas cuando Sesshomaru sonrió de una manera arrogante.

—no querrás hacerlo enojar.

Naraku rio tan alto que dejó a Inuyasha y a sus amigos desconcertados. ¿Qué se supone que traían esos dos?

—¡Zero! —gritó Sesshomaru al mismo tiempo que lanzaba a Bloody rose con una sincronía perfecta que Zero pudo tomar su arma sin problema. Sonrió apuntando a la cien y detonó.

En cuestión de segundos Naraku se había vuelto polvo.

Cuando Inuyasha y sus amigos reaccionaron, Sesshomaru cargaba a Kagome entre sus brazos.

Pero algo estaba mal, y Sesshomaru se dio cuenta cuando aquellos ojos amatistas comenzaron a cerrarse.

—¿Zero?

Zero abrió los ojos ante el llamado para después sonreír trabajosamente.

—te extrañe —dijo acariciando la mejilla del yokai.

—y yo a ti —respondió Sesshomaru acercando su rostro hacia su amado.

Y cuando sus labios se unieron, todos quedaron en completo shock.

—¡maldito, suéltala! —Inuyasha apuntó a la pareja con colmillo de acero después de que se separaran. Realmente estaba molesto y sus amigos desconcertaos. Inuyasha se acerco un poco mas sin dejar de apuntar con su espada y al mismo tiempo que dacia: —¡¿Qué le has hecho?!

Sesshomaru lo ignoro y se concentro en el rostro de Zero, estaba pálido, y sus ojos les costaba mantenerse abiertos.

—¿no se supone que deberías de estar con Ichiru? —preguntó con un claro tono de preocupación al mismo tiempo que revisaba con la mirada a su pareja, el oscuro traje que traía puesto hacía parecer que no tenía alguna herida, pero el aroma a sangre era fuerte.

El deseo que me llevó a ti (Inuyasha x Vampire Knigth)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora