Toc, toc, toc.
—Max, ¿estás ahí?
Toc, toc, toc.
...
—¡Oh Max! Que bueno que me abres la puerta, ¿te han servido las pastillas que te di? —alegremente habló.
—Supongo. —indiferentemente respondió.
—Espero sea así... —suspiro preparándose para hablar— Sabes, tengo algo que decirte, mañana me iré de viaje, por lo tanto, tendré que dejarte sola por un tiempo. —puso su mano en su hombro— No te preocupes, ¡te dejaré a cargo con alguien de confianza!
—¿Estás segura de que es alguien de confianza? —preguntó mientras jugaba con sus manos.
Tomando sus manos, la conforto— Por supuesto. —afirmó con una cálida sonrisa.
°°°
Toc, toc, toc.
...
Toc, toc, toc.
...
Abrió la puerta y para su sorpresa, se encontró a una distraída y baja de altura señorita, ella debe ser la asistente de mi psiquiatra.
—¡Ah! Um... Ajem, buenos días, tú..., tú eres Max, ¿N-no? Rosa me habló mucho sobre ti, ¡debe ser un milagro que por fin te vea en persona...! —rio esperando calmar sus nervios— Lo siento, esa no fue una buena primera impresión.
Max, sin saber que responder solo la miro, como si observarla detenidamente no hiciera las cosas más incómodas de lo que ya son— Pasa. —ofreció.
—Sí, gracias.
°°°
—Bueno, ¿Qué sueles hacer en tus tiempos libres? —buscando su confianza, preguntaba cosas simples.
—Bueno, uh, no mucho la verdad. —de manera sincera respondió, ahora ella era la que estaba nerviosa, no siendo capaz de mantener contacto visual.
—No pasa nada, ¡podría ayudarte a buscar un pasatiempo si quieres! —Miró alrededor, observando su pieza— ¿Quieres té? Traje varias bolsitas para hacerlo.
—Sí, por favor. —respondió con timidez; la confidencia contraría que no tenía cuando le abrió la puerta la puso un poco ansiosa. Metida en sus pensamientos, el escuchar unos simples pasos la exaltaron.
—En unos minutos debería estar listo. —se sentó en el mismo sillón en el que ella estaba, a pocos metros de distancia. Después de un significante silencio, fue descaradamente roto por la señorita— ¡Olvide decirte mi nombre! Ah, aunque tal vez Rosa ya te lo dijo... —extendiendo su mano continuó— Me llamo Bea, estaré a cargo de ti hasta que llegue Rosa.
Observo la mano extendida antes de débilmente corresponder al apretón de manos. Mirando hacia donde estaba Bea, esta le sonrió antes de levantarse para ir a revisar el té.
Se preguntaba si podrían ser amigas en lugar de solo ser médico-paciente.
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Busco tu luz. (reescribiendo lol)
FanfictionMax no se encuentra en un estado sano. Rosa, su psiquiatra, tendrá que hacer un viaje, por lo tanto, le encarga a su asistente Bea que cuide de Max. Su relación se volverá cada vez más fuerte, causando confusión en ambas. Arte de la portada por @sar...