Capítulo 7: Tradición secreta

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Durante todo el transcurso, Tesla se preguntaba si realmente estaba bien que besara a Beelzebub y a Edison, no se imaginaba haciendo algo como eso, ¿Y si lo malinterpretaban?, ¿Y si no lo hacía y disgustaba a Beelzebub por incumplir con las tradiciones de los Dioses?, ¿Y si Edison lo golpeaba por atrevido? Era obvio que Thomas también desconocía esa tradición secreta.

Desde ese momento, aparte de explorar el inframundo, se dedicaría a investigar más sobre los Dioses y demonios.

Sus ojos brillaron de tan solo saber que obtendría nuevos conocimientos.

—No creo que sea correcto besarlos. —Nikola habló algo tímido, lo cual era raro en él. —¿No puede ser otra cosa?

Adamas notó el nerviosismo del más bajo, “No será qué...” pensó. —Pequeño Tesla, ¿Acaso nunca has dado tu primer beso?

Los colores se le subieron al hijo de la luz y el contrario solo se carcajeó en un tono de burla. —¡Nunca lo has hecho!

—¡Guarde silencio! —El castaño por primera vez en su vida del otro lado, sentía vergüenza. —Además eso no tiene nada que ver con la ciencia por ende, nunca le tomé importancia.

El Dios solo reía mientras que Tesla se ponía cada vez más rojo y nervioso. —Está bien, supongo que eso es digno de admirar. —nuevamente, se burló.

—¿Por qué cuando los demás se enteran que no he besado a nadie se burlan? —se cruzó de brazos.

—Ya, está bien, ya no diré nada, pequeño Tesla. —le acarició la cabeza como si se tratara de su hermano menor. —Solo es sorprendente que nunca lo hayas hecho.

—Besar no lo es todo en esta vida, Adamas. —comentó el croata y es que en verdad nunca le tomó importancia a las relaciones "íntimas" con los demás.

—Si no lo es todo tal y como dices, entonces cumple con la tradición secreta. —recalcó el pelirrojo. —Vamos, ¿Qué es lo peor que podría pasar? —elevó sus manos en señal de duda. —Pero aquí entre nos, primero besa a Beelzebub. —eso último lo dijo en cierto tono temeroso, capaz y después el señor de las moscas hacía un gran y horrible escándalo.

—De acuerdo. —resopló el castaño, era un beso nada más y sinceramente no le tomaba mucha importancia a eso.

Ambos seguían caminando y como era costumbre, Tesla no dejaba de hablar sobre cosas que el Dios no entendía.

Que si la electricidad esto....

Que si el 3, 6 y 9 aquello...

Que si el rayo de la muerte...

Que si las partículas Tesla lo otro...

En definitiva, no entendía nada de nada... Tal vez Beelzebub si lograría entender el vocabulario tan elevado y científico del castaño, posiblemente también el otro humano que Nikola llamaba Edison.

Tal vez divertirse a costa de ellos no sería mala idea, digo, todos necesitan un empujoncito.

—Pequeño Tesla. —llamó el Dios.

—Entonces me di cuenta que las partículas Tesla... —se vio interrumpido. —Dime mi estimado, ¿Hay algo que necesites que deba explicar nuevamente?

—No, no estoy entendiendo nada si me lo preguntas. —si fuera más listo, se avergonzaría de lo que dijo.

—Oh...

Por un momento sintió que el castaño se había enojado, hasta que lo escuchó hablar de nuevo con una sonrisa amable. —Entonces procedo a explicarte todo otra vez.

Más allá de una patenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora