Capitulo 8

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—Ella, ¿no está?— Lee asintió desconcertado.

El buen humor que se había esparcido por la oficina había caído abruptamente con solo mencionar la ausencia de la castaña. Ni siquiera había mencionado nada respecto a Ino Yamanaka.

—¿Hinata salió a algún lugar?.

—...No, al parecer la princesa terminó agotada después de la elección de su vestido, está descansando sola en su habitación.— Neji suspiró impaciente.

Se levantó con frustración y se limitó a mirar por el gran ventanal.

Ver al Hyuga de espaldas era una escena digna de una gran obra de arte, era un hombre realmente atractivo para los ojos de cualquier persona.

Neji ignoró la mirada curiosa de Lee, limitándose a observar el hermoso jardín.

Tenten, Tenten, Tenten.

Su risa y nombre retumbaban en sus pensamientos, su imagen había comenzado a ser una constante molestia que al principio intentó simplemente ignorar, ¿el problema?, cada vez era más difícil de hacerlo. No podía pasar desapercibido aquel deseo de tenerla cerca, aquella necesidad de verla y conversar con ella que aumentaba conforme más tiempo pasaba sin ver siquiera su silueta.

Le divertía ver la forma en la que su ceño se fruncía con cansancio cuando la molestaba y la hacía enojar, siempre defendiendo sus ideales.

Aquella vista al jardín era un desahogo para callar aquellos sentimientos, una estúpida forma de darles un poco de la droga que tanto pedían.
Hinata solía dar un paseo por todo el jardín todos los días, siempre acompañada de Tenten, siempre a la misma hora. Por un segundo miró el reloj en la pared, 5 pm, sí, era ese el momento, pero solo el viento haciendo bailar las flores era lo que podía verse, el panorama era sombrío, esperaba ver la escena que siempre se repetía y aún así no le aburría. Aquel flequillo y falda negra revoloteando con el viento mientras sus pasos iban al compás con los de Hinata, siempre sonriendo y hablando animadamente mientras el atardecer iluminaba su rostro, era fascinante. Una escena que por su ausencia, ni siquiera las flores podían mantener aquel brillo que las caracterizaba.

Tenten había aparecido como una forma de diversión en su monótona vida, ver aquella mirada desafiante había sido suficiente para encender su interés, pero las cosas estaban cambiando, había algo diferente que le causaba nerviosismo y ansiedad, no estaba seguro de qué se trataba, no recordaba haber sentido algo así por otra persona antes, y era algo que le comenzaba a preocupar, no sabía si estaba enfermo o volviéndose loco, pero una voz lejana en su cabeza que le gritaba que se alejara de ella, el problema era que no quería hacerlo, siempre teniendo de excusa que era otra fiel sirviente que debía tener a lado.

—Al parecer fue a aquel albergue que suele visitar.— dijo Lee de repente, parecía que había leído sus pensamientos preguntándose sobre su paradero.

Se mantuvo pensativo, no era su día libre y aún así se había ido.

—Mi señor, en cuanto a los zapatos...— Neji lo miró de reojo sin apartar su atención del jardín, manteniendo un ambiente enigmático que Lee trataba de decifrar—. Ya se han hecho entrega a la doncella principal, ella se encargará de entregarlo a las demás doncellas y sirvientas.— Lee sonrió satisfecho, los pies de Tenten se sentirían mucho mejor, más aún cuando los zapatos que serían asignados a ella, habían sido fabricados con mejores materiales que los demás, como Neji había ordenado.

Es mi subordinada, solo por eso tiene que usar los mejores.— dijo Neji en aquel momento y Lee asintió animado.

—Bien, puedes retirarte Lee.— el pelinegro asintió con duda, aún no había dicho nada respecto a lo que proseguiría—. Solo una cosa más...un traje y un vestido a juego, consíguelos y envía el vestido a la señorita Yamanaka.— ordenó Neji sin ningún interés, sabía que Lee podía ser alguien demasiado llamativo pero también congruente, confiaba en que escogería un buen diseño.

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⏰ Última actualización: Sep 13 ⏰

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