Safe Haven (yaoi)

Safe Haven

Era un mundo totalmente diferente al que conocían antes lo dos protagonistas, habían vivido toda su vida después de la caída del meteorito, sabían que en cualquier momento podían morir, no había garantía de sobrevivir en un mundo donde los muertos caminaban y los vivos eran presas de ellos.

Matt, un joven atlético y valiente, había sido entrenado por su abuela en artes marciales desde que era un niño. Era un sobreviviente nato, siempre preparado para cualquier eventualidad. Siempre había intentado mantener su mente y su cuerpo en el mejor estado posible, no solo por él mismo, sino para proteger a aquellos que amaba.

Por otro lado, estaba Leo, un joven tímido y reservado que había sido rescatado de un grupo de vagabundos que lo habían encontrado en las calles. Era experto en tecnología y podía hackear cualquier cosa con solo un par de movimientos, pero en este nuevo mundo, su habilidad parecía inútil.

Matt y Leo se encontraron en un refugio de supervivientes, donde formaron un equipo para salir en busca de víveres. A pesar de sus diferencias, se entendían de forma natural y empezaron a desarrollar una confianza mutua. Con el tiempo, su amistad se convirtió en algo más.

En una ocasión, mientras se refugiaban en una iglesia, comenzaron a hablar sobre sus vidas antes del apocalipsis y, naturalmente, Leo habló sobre su novia. Matt no pudo evitar sentir celos y culpabilidad por sentir algo por Leo. ¿Cómo podía sentir algo por él en medio de toda esta destrucción?

Pero no pudo evitar notar el brillo de los ojos de Leo en una noche estrellada, cuando compartieron una cena al aire libre. Matt lo besó, sijapzando y sus corazones se unieron. Juntos estuvieron separados del mundo exterior, sólo querían estar juntos.

Se amaban en una vida llena de miedo y lo único que le daba algún tipo de seguridad era el otro. Se unieron en medio de la destrucción y formaron un fuerte vínculo.

El resto de su vida podría no tener sentido, pero mientras estuvieran juntos, podrían enfrentar cualquier cosa. En la vida después del apocalipsis, encontraron un lugar donde podían ser felices juntos, y ese lugar era siempre en los brazos del otro.