Capitulo 22

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Sam salió del baño cuando estaba poniéndome los zapatos.

—Un lindo toque en el camino. —Me di la vuelta y la miré.

—¿Un lindo toque? —le pregunté.

—Sí, lanzar tu teléfono a la basura en el aeropuerto de Michigan. Arrugué la nariz. —Sí, sabía que lo rastrearías, así que tuve que deshacerme de él. Por cierto, ¿cómo me encontraste y por qué te tomó tanto tiempo?

Sonrió. —¿Quieres la verdad o quieres que te diga lo que TÚ quieres oír? La miré desde el otro lado de la habitación e incliné mi cabeza. — ¿Eh? Quiero la verdad. Se rió. —Bien, pero debes prometerme que no te enfadarás conmigo —dijo mientras caminaba hacia mí, pero mantuvo la distancia.

Mordí mi labio inferior y entrecerré los ojos. —Está bien, lo prometo.

—En realidad te encontré en menos de una semana. —Sam podía ver la ira desarrollándose mientras yo apretaba la mandíbula y me movía hacia delante y atrás.

—Oye, lo prometiste.

Tragué saliva. —Continúa.

—Necesitas recordar Mon, que con la cantidad de dinero que tengo, puedo hacerlo y encontrar información sobre casi cualquier cosa. Te la entregaré sin embargo, me encantó la forma en que sobornaste a la chica en el mostrador para poner tu boleto bajo un nombre diferente, pero lamentablemente a ella le gustó más mi dinero.

—Uf, rastrera.

Se rió. —¿Debo continuar? —Sacudí la cabeza y crucé mis brazos.

—No te enojes conmigo por lo que voy a decirte —dijo nerviosamente mientras pasaba sus manos por mi cabello—. Tuve a mi chico de tecnología hackeando tu ordenador a través de tu dirección IP.

Mi respiración se hizo pesada mientras mis ojos se abrieron con incredulidad. —Fue entonces cuando vi que buscabas a una Dra. Murphy, así que hice un poco de investigación y eso es lo que me trajo hasta aquí.

Apreté los puños y caminé hacia ella, puso sus manos en frente. —Me prometiste que no te enojarías.

—Eso fue antes de saber que hackeaste mi ordenador, acosadora. Agarró mis muñecas cuando me acerqué a ella y me retuvo. — Realmente no quiero que me abofetees de nuevo, eso de verdad duele.

—Oh, no tienes que preocuparte por mí abofeteándote, voy a darte un puñetazo en su lugar. —Se rió, besó mis puños y envolvió sus brazos alrededor de mí.

—Dime una cosa más —pedí.

—¿Qué quieres saber bebé?

—Si supiste en menos de una semana que estaba aquí, ¿por qué esperaste tanto tiempo para venir? —El dolor en mi voz era evidente y Sam lo sabía mientras suspiraba y me miraba.

—No querías ser encontrada tan rápidamente y te estaba dando tiempo, ¿de verdad crees que te dejaría pasar tu cumpleaños sola? La miré y sonreí mientras enterraba mi cabeza en su pecho. Mañana es mi cumpleaños número veinticuatro.

Caminamos de la mano a la playa, extendió la manta sobre la arena caliente y puse la canasta sobre ella.

—¿Sabes, podríamos haber ido a un restaurante?

Le di una palmada en el brazo. —Me encanta la playa y no hay nada más romántico que tener un picnic aquí. Sonrió mientras ponía su brazo alrededor de mí. —Sexo en la playa es igual de romántico, ¿podemos hacer eso?

Gap The Series Para SiempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora