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Los demonios vagan por el mundo, pero todos los llaman 'humanos'



El agua clara brillaba como el sol, soltando destellos como si escondiera diamantes bajo su manto. Las olas golpeaban suavemente la costa, pero con mayor fuerza rompían en las rocas.

Sobre la arena gris, una pequeña familia disfrutaba del sol y de la brisa. Un doncel abrazaba a su bebé de apenas cuatro meses de nacido, mientras que su hija mayor de seis años se entretenía jugando con la arena.

El muchacho extendió sus piernas y permitió que el agua tibia le tocara la piel.

-Mamá -llamó su hija, gateando hacia su madre con rapidez-, ¿papá volverá pronto?

-Amelia, cariño, tu padre solo ha ido a la aldea. ¿Acaso no dijiste que querías algo de beber?

-Sí, pero... Estoy aburrida -puchereó, jugando con las conchas de su vestido blanco-. ¿Me contarías una historia?

-¿Una historia? ¿Qué historia quieres que te cuente? -tarareó, meciendo al bebé.

-Una historia de amor.

El doncel sonrió y con un vago asentimiento, le concedió a su hija tal capricho.

-La historia que te contaré es muy especial. Verás que el amor no siempre es sencillo, pero si sale del corazón, puede contra cualquier cosa.

» Hace mucho tiempo...






... En los mares caribeños había una isla extensa y de parajes hermosos. La arena era blanquecina y llena de conchas que la teñían de rosa, y las aguas que la rodeaban eran color esmeralda. El Mar de Jade era el hábitat de sirenas, hermosas criaturas que con su canto solían hipnotizar a los marinos para guiar a los barcos contra los arrecifes y acantilados. Sin embargo, fueron los propios piratas quienes, hartos del sometimiento a sus embarcaciones, sometieron a las sirenas. Las capturaron y mataron en público como una amenaza que se grabó a fuego en la mente de todos.

Sobre esa isla los piratas erigieron una fortaleza y su castillo. La Isla de San Terre. Y cuando el rey murió, el trono lo heredó su hijo mayor, Siwon, pero el príncipe Chanyeol siempre fue celoso de su hermano y ambicioso sin límites.

Un día regresó de un largo viaje por los mares. Tres meses destrozando navíos de la marina que regía en el continente, y asaltando buques mercantes.

Llegando a la costa, Chanyeol miró la isla, reconociendo los cambios ocurridos en esos largos meses de ausencia. Su rostro estaba marcado por la desdicha. El castillo que se alzaba en la pequeña colina le causó amargura. Ese lugar que él creía le pertenecía, pero que estaba en manos de otro.

Antes de morir, su padre lo envió lejos, aludiendo que requerirían más dinero en las arcas, pero Chanyeol sabía que solo se trataba de un intento del viejo para que él no usurpara el trono durante la coronación.

-Pronto, muy pronto -suspiró.

Su mirada barrió la superficie marina y sobre las rocas aledañas a la playa encontró una criatura que capturó su atención. Una sirena de cabello rojizo y escapas grises, pero con un destello rojo que brillaba incluso entre el agua esmeralda. Un ser muy raro y del cual nunca había escuchado. Hasta donde Chanyeol sabía todas las sirenas del Mar de Jade eran de aleta azulada, una característica de esa zona.

Black Pearl (Chanbaek)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora