Cuando me fijé bien, eran beisbolistas y a la cabeza estaban Dennis y Lázaro. Me sorprendió, eso sí me sorprendió, porque me estaban defendiendo, cosa que nunca había pasado, nunca nadie ma había defendido a no ser por Jenna y Berenice.
El que estaba reclamando era Dennis, que de echo se veía bastante molesto y con un bate de madera en la mano, se veía muy conflictivo.
—¿qué pasá papá y ese bate?, bájalo— hablá un futbolista con cara de sorpresa y un poco de susto
—suéltala— dice Lázaro
-y sí no nos da la gana- empieza a decir otro chavo también de fútbol con cara de risa y provocativaEn eso veo como Dennis, Lázaro y otros beisbolistas se abalanzan contra los de fútbol, pero por suerte no pasa a mayores porque unas señoras que trabajan en el comedor lo impidieron. El único que salió algo herido fue el chavo que empezó con la provocación, porque Dennis logró alcanzarlo dándole un batazo por detrás de la cabeza.
Lo que gracias a dios no fue tan fuerte el golpe, el chico no se cayó, ni se desmayó, solo tenía un poco de sangre. Sus compañeros se fueron y lo llevaron para la enfermería para que lo revisaran.
Yo quería darle las gracias a los chicos de baseball por defenderme, a pesar de la violencia, pero el director que iba entrando a la escuela vió la escena y los mando a todos para la dirección, pobres, les va a caer una bien gorda y todo por culpa mía.
Después de todo eso fuí para la formación porque ya teníamos que empezar con las clases, pero no me pude concentrar en el matutino porque solo pensaba en el regaño magistral que se estaban llevando los peloteros, ya que no son de la devoción de los profesores, muy al contrario de los futbolistas, que son el deporte nacional.
En cuanto terminamos de cantar el himno y el matutino se acabó salí mandada para la oficina del director, y por suerte mi profesor guía no me vió.
Yo no iba a aparecerme en la reunión director alumnos al estilo novela mexicana, con entrada triunfal, simplemente iba a ir cigilosamente y me pondría a escuchar detrás de la puerta, luego vería a Lázaro y a Dennis y les pediría disculpas por todos los inconvenientes, bueno, y a los demás chicos también.
Cuando llegué al pasillo, por suerte no había nadie, ni en la oficina del asistente del director tampoco, porque era muy temprano todavía.
Estube un rato detrás de la puerta pero no pude escuchar nada, creo que pusieron las puertas de los directores de la escuela de ese material duro concientemente, así lo que pasa en las oficinas de los jefes, se queda en las oficinas de los jefes.
Por suerte la conversación no duró mucho desde el momento en que llegué. Cuando noté que estaban por salir me escondí detrás de una pared para que el director no me viera, pero ese hombre tiene unos espejuelos mágicos.
-¿usted qué hace ahí?, señorita- me pregunta el director viéndome a través de la pared, con su visión de rayos lasser
-emm.... Vine al baño- respondo tartamudeando un poco, es que los directores me ponen nerviosa y más porque soy tímida y temo a que me regañen por toda está situación, aunque me lo merezca un poco
-pero el baño no queda detrás de esa pared- me dice mirándome serio y con esa cara intimidante típica de máximo jefe
-si es....- me quedé sin ideas, hasta que alguien hablá por mí
-vino porque se lo pedí- expresa Dennis mirando al director y después a mí
-sí, él me dijo que lo esperara aquí un momento, que ahora venía
-pero entonces ¿cuál es el susto?, el que nada debe nada teme- expresa el señor director mirándome con cara divertida y creyéndose filosófico- ¿Usted no tendría nada que ver con lo que pasó hace un momento en el pasillo, verdad?- empieza a preguntarmeEn ese momento me quedé un poco helada y fué estúpido, es que enserio, pero muy enserio, soy súper tímida hablando con los profesores y más cuando me regañan, cosa que nunca había pasado, hasta ahora.
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Nunca Me Viste
Romance¿Por qué las personas juegan cruelmente con los sentimientos de alguien?.... No lo sé, pero les voy a contar como jugaron con los míos. Aunque bueno, yo también jugué un poco.