P.O.V Valentina Carvajal
¿Ansiedad? ¿Estrés? ¿Deseos irrefrenables por cerrar los ojos y despertar en una galaxia totalmente diferente? Eso había experimentado durante las últimas semanas. El comandante había accedido al plan de Juliana. La pelinegra se acercaría al peligroso Gastón, conocido por ser un controlador con cierto fetiche por provocar dolor a sus compañeros en el momento de las relaciones sexuales. El hombre no tenía una muy buena carta de recomendación en esa área.
Juliana hacia su papel a la perfección. Unos días se mantenía junto a Emma, quien era todo sonrisas y caricias cuando estaba junto a la ojicafé. En otros momentos, cuando la castaña no estaba, Valdés se acercaba a Gastón. Conversaban durante minutos normalmente. Les había visto riendo o cruzando palabras cortas y miradas cargadas de complicidad. Me resultaba repugnante a un nivel extremadamente alto. Odiaba observar a la pelinegra coquetear con esos dos: aunque era un arte que merecía aplausos, era agotador a niveles inimaginables.
En un inicio pensé que podría sobrellevarlo con facilidad, pero todo había empeorado con el paso de los días. Emma, por ejemplo, tardo muy poco tiempo en conformarse con solo acariciar el dorso de la mano de Juliana. En una de sus citas, en el balcón de un carísimo restaurante, besó a la ojicafé. Me encontraba en el techo de un edificio cercano, siguiendo los acontecimientos por medio de un auricular y unos binoculares. Casi devuelvo el emparedado que había almorzado hace unas cuatro horas cuando la pelinegra respondió el apasionado beso.
-Te deseo como hace años. – había susurrado Emma cuando se separó. Juliana sonrió. La misma sonrisa que solía adornar sus labios cuando prácticamente devoraba mi boca. La misma que había portado la tarde anterior, un minuto de deslizar su mano dentro de mis pantalones, y hacerme el amor contra el escritorio en su oficina.
-Paciencia, sweetheart...- había susurrado Valdés y la castaña sonrió antes de morder el labio inferior de la ojicafé.
En resumen...una mierda.
Luego estaba Gastón y sus desgraciadas manos inquietas que no perdían oportunidad para deslizarse hasta la rodilla de Valdés siempre que tenía la oportunidad. Juliana fingía no notarlo, o sonreía y luego de algunos segundos apartaba la mano de él. Pero le sonreía como aquella que se está dando a desear. Él se sentía animado al parecer, porque siempre sonreía de vuelta antes de proponer un estúpido e innecesario brindis.
Cuando lo observaba sonreírle de aquella manera deseaba con todas mis fuerzas que Emma apareciese. Podía imaginar como la castaña tomaría a Gastón del cuello hasta asfixiarle. Era un pensamiento muy malo...como muchas de las cosas que pasan por nuestra cabeza. ¿Pero a quien le importa? Todos hemos tenido ese tipo de pensamiento en algún momento dado ¿cierto?
La noche había caído hace algunas horas. El club esta medio vacío y mi espectáculo había acabado. Juliana llevaba algunos minutos hablando con Gastón. El celular en el bolsillo de mi falda vibro sacando así mi mirada de las malditas manos del hombre: estaban un poco más arriba de la rodilla derecha de la pelinegra. Extraje el aparato, llevándolo a mi oído, pero la música me impedía escuchar a la persona que estaba del otro lado.
-¿Pearl? ¿Estas escuchando? No logro oírte...- intente gritar sobre el exageradamente alto volumen.
No logre escuchar la respuesta así que no tuve más alternativa que hacerme paso entre la gente. Con dificultad logré llegar a la puerta más cercana y salir del club. Estaba en el callejón donde se arrojaba la basura. Hacia frio, pero no lo suficiente como para hacerme regresar al ruidoso lugar. Baje las escaleras alejándome de la entrada, pero Pearl había colgado el teléfono.
-Impaciente...- murmuré buscando su número para marcarle de vuelta, pero justo en ese momento entro una llamada de Juliana.
Ella hablo muy rápido. Además, la música alta apenas me permitió distinguir sus palabras. Estaba a punto de decirle algo cuando escuché el sonido de un arma. Alguien acababa de quitar el seguro. Justo a tiempo me logré esconder tras el contenedor de basura. Las detonaciones sonaron con tal intensidad que por un momento pensé que habían disparado en mi oído. En mi intento por moverme rápido el celular había parado en el suelo, pero mi atención estaba en encontrar a mis atacantes.
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Mimetismo (Juliantina AU)- Adaptación
FanfictionValentina Carvajal es policía en San Antonio. Un día le asignan la misión de infiltrarse en la mansión de los Valdés: una familia de mafiosos a los cuales jamás se les ha podido encontrar motivos para apresarles. Valentina encontrará el amor en la...