I
Malas noches
Sae cometió un error y lo sabe... se ha excedido con Rin y eso ha sido más evidente después del partido contra la sub-20. Ha pensado dejarlo pasar y seguir el plan que tenía para ellos, pero tiene un mal presentimiento. Es cierto que él es más lógico que instintivo, pero también es cierto que su cabeza le informa que es un error ignorar su corazonada.
La confirmación de sus inquietudes llega cuando se entera por accidente que Rin estará en casa unos días después de los partidos internacionales.
Cancela el vuelo de regreso a Madrid y en lugar de ello prepara su maleta y se va a casa.
No se toma el tiempo de informarles a sus papás. Como la última vez que estuvo ahí solo piensa en una cosa "Rin, Rin, Rin".
Pasa por el campo donde solían jugar juntos y le horroriza no verlo entrenar. Es su día libre? Eso no importa! Las estrellas como Rin no tienen días libres. Sae quiere verlo correr, con la cara roja y el sudor corriéndole por el cuello por el esfuerzo. Imaginarlo así le hace agua la boca, tiene en mente una buena docena de situaciones donde puede verlo de la misma forma y que no involucran la cancha. Sacude la cabeza antes de que su vientre bajo reclame por las salvajes fantasías. Tiene que controlarse y ahora mismo siente que está fuera de lugar.
Comienza a caminar a casa, a medida que las ansias de ver a Rin crecen acelera el paso, ni siquiera le pesa la maleta que arrastra, solo quiere que se mueva más rápido. Busca en su bolsillo la llave de la entrada principal, abre la cerradura y como espera papá, mamá y Rin están de pie, seguro asustados por quién diablos entro a la casa con tan poca resistencia.
Sae quiere disculparse, pero sus padres son más rápidos.
"Sae !!!!" su mamá se lanza a sus brazos, luego su papá. Le dan la bienvenida, hablan de cuanto lo extrañan, le agradecen que llegara a casa aun sin avisar, pero todo eso lo escucha a medias. Sae está esperando que sea Rin quien se acerque, que se tire a sus brazos y diga todas esas cosas...pero eso no ocurre.
"Mira Rin, cariño...nii chan está en casa igual que tu..." su madre les dedica un gesto preocupado...ha visto el partido de blue lock contra la sub-20 y sabe que las cosas están mal entre ellos...al principio sintió que era Sae quien estaba molesto por la pérdida de su equipo... pero su hijo mayor está ahí de pie...esperando a Rin...como siempre.
"Ah, si, bienvenido " Rin baja la cabeza es un saludo, indiferente y estúpidamente formal que no va con ellos para nada. A Sae se le encoje el corazón, porque sabe que, si sus padres no estuvieran ahí en medio, él ni siquiera le dirigiría la palabra. Lo que le preocupa es lo vació que lucen los ojos de Rin cuando lo ve, ha sido un instante nada más, no hay amor, claro, pero tampoco odio, rabia o desprecio. No hay nada
"Vamos comenzando, siéntate a comer."
Sae asiente, la comida en España es horrible y aunque sabe lo básico de la cocina, no es tan buen cocinero como su madre. Su lugar en la mesa sigue vació así que lo ocupa. Rin se eriza cuando pasa tras su silla, puede olerlo... y eso lo acalora levemente.
Sus padres lo bombardean de preguntas que Sae trata de responder tan bien como puede, mientras mira a Rin por el rabillo del ojo, está con la cabeza gacha y jugueteando con la comida.
"Ya termine, gracias" anuncia Rin de pronto, levantándose toma su plato para perderse en la cocina. Su madre suspira.
"Creo que algo le pasa..." dice su madre en secreto y Sae asiente, claro que algo le pasa y sospecha con dolor que no sólo es su culpa, sino que además es más grave de lo que pensó.
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Te dejo Madrid
RomanceSae se siente celoso por primera vez en su vida, no está dispuesto a dejar ir a Rin, especialmente ahora que quiere arreglar las cosas con él. Los personajes no me pertenecen, son usados sin fines de lucro solo por diversión. Esta historia tiene co...