Capitúlo Cinco

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         Secretos de mi memoria











































Casa de Gediz Akyurek, Colima

— Ay, comí mucho, anne! — exclamó el pequeño Sançar, mientras sobaba su estómago.

— Si, muñeco, por eso te he dicho que no comas de gula, es haram. Al abuelo no le gusta.

— Mami, por que el abuelo es musulmán y nosotros no?

— Por que me permitieron elegir religión, y elegí la de tu abuela Lirio. Así que creemos en Dios, pero de otra manera. Quieres ser musulmán, o quieres ser católico? — preguntó a su hijo la joven madre.

— Creo que me gusta la virgencita, quiero ser católico — respondió sonriente el niño de pelo negro.

— De que hablan mis personas favoritas? — habló Emilio entrando a el cuarto en el que se encontraban su novia y su hijo.

— Soy católico, baba! — exclamó contento Sançar.

— Si, amor, como mamá y yo. Ya te bañaste?

— No, apenas lo voy a meter, por que el señorito estaba muy ocupado jugando, verdad muñeco? — contestó la periodista bromeando.

— Solo un poquito, anne. Pero ahora si a bañarme, ya tengo un poco de sueño.

— Si quieres yo lo voy metiendo en lo que tu le alistas las cosas, así no te desvelas tanto, hayatımın aşkı — dijo el futbolista, dejando a Ciaran boquiabierta.

— A ti quien te enseño turco? — habló sonriente la morena.

— Ey, yo también quiero entender lo que dicen mi mujer y mi hijo! Mi suegro me esta enseñando — respondió Emilio, causando ternura en la chica de ojos verdes.

— Ya estoy listo para bañarme, pa! — gritó desde el baño el pequeño hijo de la pareja, y a los segundos su padre adoptivo corrió a ayudar a el niño a ducharse.

Sin embargo, la turco-mexicana se quedó desempacando la ropa de su hijo, mientras por su mente solo pasaba un pensamiento; Emilio la había llamado "su mujer". Esto no molestaba a Ciaran, más si removía su interior. Nunca antes el le había llamado así, y solo una vez alguien le había dicho esto. La manera en que tenía que pensar que sería de su futuro la ponía a dudar. Era Emilio con quien ella quería pasar el resto de su vida? Era un gran hombre. Amaba a su hijo con su vida. La amaba a ella como a nadie, esto causante de desvelos en la chica. Por que ella no lo podía amar así? Por que estaba aferrada a el recuerdo de algo que ni siquiera tuvo un título? Bien dicen que uno sufre por que quiere.

Flashback

— Te gustó el helado? — preguntó una Ciaran de quince años a su quedante.

Por su parte, Kevin se encontraba mirando al otro lado de el lugar con el ceño fruncido. Su vista posada en el famoso Ismael, aclamado pretendiente de Ciaran. Y es que para nadie en la preparatoria a la que asistía la joven morena le era un secreto que el niño rico de la escuela iba tras los huesitos de la turco-mexicana.

— Si, pero me gustaría más partirle su madre al pendejo de allá — contestó el chico, sin quitar la vista de su rival de amores. Ante su comentario, su acompañante carcajeó, le parecía muy tierno el futbolista celoso.

— A Ismael? Que te hizo o que?

— No te hagas, Ciaran. Todos sabemos que el wey cada semanas te compra regalos y desmadre y medio para que lo peles. No me gusta que te vea.

Secretos de mi Memoria - Kevin AlvarezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora