EL PROFESOR (Tae Hyung y Henry Cavill) #PURPLE2023

CAPITULO 5

Como técnicamente le había prometido al profesor Cavill que seguiría asistiendo como oyente a su clase, durante los días siguientes me ví moralmente obligado a asistir a cada una de ellas, aunque debo decir que no las disfruté tanto como me hubiera gustado. Cada vez que la mirada del profesor se cruzaba con la mía, era asaltado por los recuerdos de nuestra escena en el auto y como había acabado todo...así que me sentía incómodo y muy abochornado, por lo que, en cuanto el timbre nos dejaba libres, yo recogía mis cosas a toda prisa y salía casi que corriendo del salón, antes de que el profesor pudiera acercarse a mí. Sabía que no era muy maduro de mi parte, y que tampoco podía seguir haciéndolo para siempre...pero por el momento me funcionaba.

Mientras tanto, como si el destino estuviera empeñado en atacarme sin cuartel por varios flancos, había empezado a batallar fieramente con las clases de la carrera que sí cursaba, una que estaba llena se asignaturas aburridisimas que no me atraían en lo más mínimo, pero a las que me veía obligado a atender, pues ni siquiera me atrevía a imaginar cómo de furioso podría llegar a ponerse mi padre si a mí se me ocurría la maravillosa idea de suspender alguna.

Una tarde, luego de la última clase del día, decidí que debía tomarme un tiempo en la biblioteca de la universidad para investigar un poco sobre un informe de derecho romano que nos habían mandado a hacer, y sobre el que, por supuesto, no tenía ni la más mínima idea. Como el edificio de la biblioteca era técnicamente independiente del principal, en el que funcionaban los salones y laboratorios, permanecía abierto hasta bien entrada la noche, por lo que uno se podía quedar consultando libros e investigando en internet hasta mucho después de que la universidad hubiera cerrado oficialmente. Después de enviarle un mensaje a mi padre donde le explicaba detalladamente por qué iba a llegar tan tarde a casa, me bajé del auto y arrastré a Jungkook hacia el interior. Y no exagero con lo de arrastrar, porque el muy idiota se mostraba tan reacio a acompañarme, que incluso plantaba los pies en el suelo para no avanzar más, como cuando sacas a pasear a un cachorro con su correa y este decide de un momento a otro que no quiere andar más.

—¡No quiero entrar ahí!—se quejó Jungkook por milésima vez, mientras yo tiraba de su brazo—. Si de día le huyo a los libros...¡Imagínate de noche, cuando la biblioteca se ve tan tétrica!

—Ya madura, Jungkook. Es solo una biblioteca, no un edificio embrujado.

Pero la verdad es que sí que parecía un poco aterrador, aunque como yo no tenía de otra más que quedarme investigando para no suspender, me ví obligado a tragarme el recelo que me causaba la apariencia de aquel sitio durante la noche que rápidamente se iba cerniendo sobre nosotros. De hecho, por eso mismo había llevado a Jungkook conmigo, para que me hiciera compañía, aprovechando que su auto estaba en el taller y dependía de mí para volver a casa. Luego de batallar un poco más con mi amigo, logré convencerlo de que me acompañase, asegurándole que ya luego podría cobrarme el favor. Llegamos a la puerta, y justo cuando estábamos a punto de abrirla, en el umbral apareció un hombre delgado y alto con cara de pocos amigos, que no podía ser otro que el guardia de seguridad de aquella parte, quien no se cortó al mirarnos de arriba abajo con evidente desagrado, vaya a saber Dios por qué. Tal vez era como Filch, el personaje de los libros de Harry Potter que odiaba a los estudiantes de Hogwarts únicamente por existir.

—¿Van a la biblioteca?—preguntó poco después, como si no fuera, para aquel punto, la cosa más obvia del mundo.

Presintiendo que Jungkook estaba pensando en soltarle uno de su comentarios tan desafortunados, me le adelanté y respondí:

—Sí, tenemos tarea que hacer.

—¿Tardarán mucho?—inquirió el hombre, y antes de que yo pudiera responderle, agregó—: Estaba a punto de hacer mi ronda, así que les aconsejo no dejar que la puerta se cierre de golpe; a veces se atasca, y yo no volveré dentro de al menos dos horas.