Alexander
Mi pecho se contrae, sintiendo un nudo de angustia apretándolo con fuerza. Miro a mi alrededor y luego mis ojos se posan en mi esposa, acostada a mi lado. Está acurrucada en sí misma, su cuerpo cubierto de piel de gallina, como si estuviera tratando de protegerse del frío y del dolor. La visión me golpea como un puñetazo en el estómago, trayendo a la superficie recuerdos de mi infancia, cuando presenciaba los abusos que mi padre infligía a mi madre.
¿Qué he hecho? Mierda, ¿qué demonios he hecho?
Me levanto, incapaz de apartar la mirada de Khristeen. Con delicadeza, acaricio su cabeza. Khristeen permanece inmóvil, profundamente dormida. Sin embargo, una nueva preocupación se apodera de mí. Palpo cuidadosamente la parte posterior de su cabeza en busca de golpes, pero no encuentro ninguno. Ella deja escapar un suspiro apenas audible. Me dejo caer exhausto en el borde de la cama, sintiendo cómo el agotamiento se apodera de mí.
Mis ojos permanecen fijos en mi esposa, notando las marcas de dedos en su cuello y cintura. Me había jurado a mí mismo que nunca me convertiría en mi padre, al menos no en ese sentido. Apretando los puños con desesperación, la culpa y la angustia libran una encarnizada batalla en mi pecho. Considero llamar a Andrey en busca de ayuda, pero la vergüenza y el miedo a admitir que me estoy convirtiendo en alguien tan despreciable como mi padre me detienen en seco. Él y yo compartimos un profundo rechazo hacia nuestro progenitor por su trato abusivo hacia las mujeres, y ahora me enfrento a la cruel realidad de que he caído en sus mismos patrones destructivos.
Le doy un beso en la cabeza y salgo de la habitación, dirigiéndome al gimnasio para hacer mi rutina diaria.
Al entrar, me encuentro con Yamileth, ella llegó a esta casa cuando tenía solo quince años. Sus padres nos debían dinero y, en lugar de pagarnos, decidieron entregar a su hija como forma de pago. Sentí compasión por ella y decidí darle un trabajo aquí. Sin embargo, un día ella se metió en mi cama, rompiendo los límites que habíamos establecido. Desde entonces, ha estado buscando repetir aquel encuentro, pero me he mantenido firme en mi decisión de no ceder nuevamente. A veces, permito que me haga sexo oral, aunque solo en momentos de debilidad. Aunque lo hace bien, desde que dije "sí" en el altar, no he vuelto a tocar a otra mujer ni siquiera a pensar en otra que no sea mi esposa. Solo quiero estar cerca de mi esposa.
No pasa un solo día en el que no quiera estar dentro de ella, el deseo de follarla está siempre presente en mí, al igual que el oxígeno que respiro.
Aunque debería estar enfocado en mi venganza, no puedo evitar pensar en cómo sería follarla en cada rincón de esta casa, ya que es una de las fantasías que tengo con ella.
—Vete —gruño, y ella parpadea antes de irse sin decir una palabra.
Después de terminar mi rutina, me dirijo a la ducha y luego llamo al piloto para que prepare el jet. Hoy tengo una reunión de negocios en Italia.
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Al entrar a la sala de reuniones, apago mi teléfono para asegurarme de que no habrá interrupciones durante la reunión. Antes de salir de casa, les pedí a mis hermanos que se quedaran a cuidar de Alice y Khristeen, asegurándome de que estén protegidas mientras estoy ausente. Después de lo que sucedió anoche, prefiero mantenerme alejado de mi esposa por el momento
Observo a Maxim y Francesco Moretti ya sentados en la mesa. Maxim es el líder indiscutible del grupo, con décadas de experiencia en el mundo del crimen organizado. Moretti, por otro lado, es un hombre astuto y calculador, conocido por sus habilidades estratégicas. Duka, con su mirada penetrante, es el enlace entre nuestro grupo y las conexiones albanesas. Y Russo, el más joven pero no menos peligroso, es conocido por su crueldad y falta de escrúpulos.
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Fear to love [+18]
RandomAlexander Nikolaev, un capo cruel y despiadado de la Cosa Nostra, se ve obligado a casarse y asegurar su legado. Khristeen Ferrera, nacida en una poderosa familia de la mafia en Chicago, es seleccionada para convertirse en su esposa y así evitar una...