Después de tres días de reposo, Sky finalmente se sentía recuperada. Durante su convalecencia, Evan había sido una presencia constante al otro lado del teléfono, compartiendo durante horas las vicisitudes de su oficio, algo que a Sky le resultaba fascinante.
Al llegar al set, Evan la aguardaba en el estacionamiento, una figura expectante que dibujó una sonrisa en el rostro de Sky al descender de su vehículo.
—Evan? Te ves más joven —comentó Sky, sorprendida por la transformación.
Evan, con una sonrisa cómplice, colocó sus manos en la cadera.
—Lo sé, es maquillaje, sobre todo el pelo. Siento que me parezco un poco a Tate.Sky no pudo contener una risa.
—Lo mismo iba a decir, pero las gafas marcan la diferencia, además el pelo es más... antiguo.Evan cruzó los brazos, fingiendo indignación.
—¿Me estás llamando viejo?La risa de Sky se intensificó, y ella se cubrió el rostro con ambas manos. Evan, incapaz de resistirse, la envolvió en un abrazo que la dejó inmóvil y en silencio.
—Te extrañé demasiado, quería volver a abrazarte—susurró Evan, lleno de una emoción apenas contenida.
Cuando se separaron, la mirada de Evan era un reflejo de sinceridad y afecto.
—Quería invitarte a cenar hoy, en mi casa.El rubor de Sky se intensificó, y sus palabras se tropezaron entre sí.
—Oh... s... sí, puede ser... creo...—Entonces nos vamos juntos después de que terminen las grabaciones, ¿te parece?—propuso Evan, con una sonrisa que le otorgaba confianza.
Sky asintió, y un beso suave en la frente selló el acuerdo.
—Vamos, se nos está haciendo tarde—dijo Evan, guiando hacia la entrada del set.
Una vez dentro, se separaron; Evan se sumergió en su papel frente a las cámaras, mientras Sky se unía a Ryan detrás de ellas. Observó cómo Evan se transformaba, su presencia tan absorbente que por momentos olvidaba que solo era una actuación.
—¿Crees que lo está haciendo bien? —preguntó Ryan en un susurro, mientras la cámara seguía cada movimiento de Evan.
Sky asintió, convencida de la entrega de Evan a su papel, y Ryan sonrió, satisfecho con la respuesta.
—Bien—concluyó, y la grabación continuó, capturando la esencia de un personaje que cobraba vida ante sus ojos.
..
.
Después de una extenuante jornada de ocho horas de rodaje, con interrupciones esporádicas, lo que más sorprendía era la precisión de Evan. No había cometido un solo error; siempre eran sus compañeros quienes solicitaban repetir la escena.
En los intervalos, Evan se mantenía distante, sumido en su mundo, mientras Ryan instaba a todos a no perturbar su concentración.
Al concluir el día, Sky se encontraba absorta, anotando observaciones en su libreta.
—¿Qué haces?
La voz de Evan la sacó de su trance.
—Oh, eh... tomando notas sobre ajustes que quiero hacer, no en el guion, sino en la edición.
—¿Ya terminamos, nos vamos?
La insistencia de Evan por marcharse era palpable, así que Sky asintió, cerró su libreta, la guardó junto con su lápiz en la mochila y se despidió de todos, siguiendo a Evan que ya se adelantaba.
Estaba a punto de salir cuando un joven la detuvo en la salida.
—Disculpa, ¿eres Sky?
Ella se giró, frunciendo el ceño.
—Sí, dime.
El joven se rascó la cabeza, nervioso.
—Soy Matt, trabajamos juntos durante nuestra práctica en la universidad...
Sky lo examinó detenidamente y su sorpresa fue evidente.
—¿Matt? Estás muy cambiado, antes tenías el pelo muy largo.
Matt sonrió con nostalgia.
—Sí, aquellos días de Rapunzel ya quedaron atrás. Me alegra verte de nuevo.
Sky le dio un amistoso golpe en el hombro.
—A mí también. ¿Estás trabajando como sonidista?
—Sí, como editor de sonido. Veo que recuerdas lo que estudiaba.
Charlaban amigablemente en la entrada, sin percatarse de que, a lo lejos, desde un auto, Evan los observaba con una intensidad inquietante.
—Bien, me alegró verte, pero debo irme, me están esperando.
—Claro, solo quería saludarte. Nos vemos.
Tras despedirse con un abrazo, Sky caminó hacia el auto de Evan y subió.
—Disculpa, me encontré con un viejo amigo.
Al mirar a Evan, notó su seriedad y cómo sus manos se aferraban al volante.
—Sí... así veo...
El viaje hasta el departamento de Evan transcurrió en un silencio absoluto. Sky atribuyó su mutismo al cansancio del trabajo y no intentó iniciar una conversación.
Veinte minutos después, llegaron. Evan estacionó y, con un gesto caballeroso, abrió la puerta a Sky.
—Gracias, nunca nadie me había abierto la puerta para salir.
—Me gusta ser el primero.
Subieron juntos en el ascensor hasta el octavo piso. Sky seguía a Evan hasta el departamento 803.
—Adelante, ponte cómoda, mi casa es tu casa.
Sky entró con una sonrisa, mientras Evan cerraba la puerta tras ella, echando el pestillo.
—Por fin, solos.
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Mind (Evan Peters)
Misterio / SuspensoEvan es un actor reconocido que a pesar de tener papeles de psicopata, su vida era completamente normal. Sky es una escritora de guión. Ambos se conocen en la primera lectura de la nueva serie de Netflix, que relata la crueldad de el asesino en seri...