﹫ ꒰ KookJin ⨟ JungKook ꒱ ✔

Capítulo 10.

SeokJin gritó cuando Dae-Hee lo agarró por la barbilla y le sujetó un cuchillo a la garganta.

—Chico, tú eres el que trajo todo este problema a mi clan. Voy a sacar a ese bebé de ti, y luego arrojare tu cadáver al lago.

Los ojos grises de Dae-Hee estaban salvajes y desenfocados cuando la punta de la hoja mordió el cuello a Jin. Gimió mientras trataba de pensar en cómo salir de esto pero el agarre de Dae-Hee era demasiado fuerte y tenía a Jin clavado contra la pared.

—Ellos son mis hijos, no los de JungKook, y no los tuyos. —SeokJin casi vomitó cuando Dae-Hee se lamió un lado de la cara —. Apuesto a que dejaste que cada uno de ellos te jodiera. —Su sonrisa era escalofriante —. Ahora es mi turno.

Las lágrimas de Jin cayeron de golpe, dio patadas y se retorció de lado a lado, pero Dae sacudió la cabeza, su siniestra sonrisa creciendo.

—No te vas a escapar, humano.

Jin jadeó cuando Dae-Hee lo hizo girar y lo colocó frente a él, su pecho en la espalda de SeokJin. Su brazo se curvó alrededor del hombro de Jin, y el cuchillo presionó contra su garganta de nuevo.

JungKook estaba en la parte superior de las escaleras con sus caninos expuestos y sus garras extendidas. Su expresión estaba llena de rabia mientras miraba a Dae-Hee.

—Ni un paso más, chico, —advirtió Dae-Hee.

Segundos después, un extraño apareció detrás de JungKook.

—¿Qué demonios haces aquí, Kai? —Dae-Hee se burló.

¿Este era el lobo alfa? Kai se relajó contra la barandilla, pero sus oscuros ojos azules le dijeron que no estaba buscando sangre. Era alto, musculoso, y maldita sea, ¿todos los hombres de estas montañas eran guapos?

—Estoy aquí para entregar tu cadáver a Jackson. —Kai se encogió de hombros —. Realmente espero que hagamos esto de la manera más difícil.

JungKook giró la cabeza y miró a Kai. —Te dije que te lo llevaría.

— ¡Traidor! —Gritó Dae-Hee. La hoja se clavó en el cuello de Jin. Sintió un hilo de calor y supo que el psicópata había roto la piel —. ¡No nos volvemos contra la familia!

—Tú me lo traes o yo voy a buscarlo. No me importa, —dijo Kai a JungKook. El hombre estaba demasiado tranquilo, demasiado sereno, y eso asustaba a SeokJin. Tenía la sensación de que Kai podía pasar de ser imperturbable a letal en un abrir y cerrar de ojos.

JungKook, por otra parte, parecía el mismo diablo. Sus ojos brillaban de rabia mientras sus amplios hombros se subían y bajaban con cada pesada respiración.

—Entrégame a SeokJin, viejo, —dijo JungKook con brusquedad.

—Míralo, —dijo Kai con un gesto de su mano —. El hombre ha tocado fondo y está nadando en la locura. ¿Crees que va a escucharte?

—No te metas en esto, —repuso JungKook.

La mirada de SeokJin se disparó hacia los escalones cuando TaeHyung y YoonGi se deslizaron lentamente por ellos. Había un temor tangible en los ojos gris oscuro de TaeHyung. Miró a SeokJin, luego a su padre, y finalmente a Kai.

JungKook dio un paso adelante. Dae-Hee gruñó. El cuchillo se clavó más profundo. Jin puso su mano sobre su estómago, rezando para que Dae-Hee no cortara su garganta y tirara su cadáver a un lado.

—Te dije que no te acercaras, —replicó Dae-Hee —. Nunca fuiste de los que escuchaban.

—Ok. —JungKook levantó sus manos y dio un paso atrás. Bloqueo sus ojos en Jin —. No voy a acercarme más.