Las lunas pasaron con mucha prisa. La manada prosperó y el Alfa anunció que pronto nacería su heredero.
Mis cachorras crecían sanas y fuertes y en poco tiempo comenzaron a dar sus primeros pasos. Eso me hacía sentir lleno de orgullo, me había encargado de criarlas muy bien.
Como se había hecho costumbre, Nora despertó llorando, eso hizo que Lia también despertara y llorara. Con un gruñido desperté, me removí la cobija y me puse de pie, después caminé hacia donde se encontraban las cunas y abracé a Nora primero, ella siempre se calmaba cuando estaba en mis brazos.
La arrullé y cuando se calmó, volví a recostarla en la cuna y después tomé a Lia para poder calmarla también.
Con ello dio inicio a la rutina diaria. Elyan y Drago me ayudaban a cuidar a mis cachorras mientras yo hacía los quehaceres, una vez acabé, me alisté para salir a dar un paseo. A mis hijas les gustaba salir y explorar su alrededor.
—¿Estas listo?— preguntó Elyan.
—Si— asentí y bajé al primer piso, en donde mis cachorras se encontraban entretenidas jugando con las figuritas de madera que Drago había hecho para ellas.
Después de un rato, mis dos hermanos mayores, bajaron y los cinco salimos de casa y nos encontramos con Edén y Derek por el camino, así que terminaron uniéndosenos al paseo.
En un breve tiempo, el aroma de alfas externos a la manada, inundaron el lugar, lo cual puso alerta a la gran mayoría que transitaba por el lugar.
En poco tiempo, los responsables llegaron a donde nos encontrábamos todos. Los nuestros se alertaron y liberaron su aroma, ellos parecían cansados y agotados, sus ropas estaban manchadas de sangre y parecía que habían librado una batalla mortal.
—Ponte detrás de mi— Elyan se puso enfrente mío y me entregó a Nora. Drago entregó a Lia a Derek y también se mantuvo alerta.
—¿Dónde está su líder?— habló en hombre que parecía ser el líder de esa pequeña manada. —Necesito hablar con él.
—¿Qué asuntos deseas hablar con él?— preguntó mi hermano Elyan —Justo ahora se encuentra fuera y volverá tarde.
—Mi manada fue atacada, necesito de su ayuda para poder cobrar venganza— habló claro.
Elyan sonrió —No podemos ayudar— dio pequeños pasos —Créeme, ese hombre que atacó tu manada tiene un gran poder y nadie puede vencerlo, ni siquiera el mismo Alfa— miró a su alrededor —Como ves, nuestra manada quedó destruida desde que ellos nos atacaron, entonces no tenemos necesidad de ir y cobrar venganza.
—¿Qué hay de tu orgullo?— preguntó aquel alfa, tratando de intimidar a Elyan.
—Bueno— Elyan miró directo a los ojos a aquel hombre —Mi orgullo arrebató la vida de alrededor treinta lobos fuertes y puso en riesgo mi manada— miró detrás del hombre, a todos los lobos que lo acompañaban —No querrás que tu manada desaparezca por completo, ¿O si?
—Pero, es cuestión de honor.
—No en mi manada, cachorro— sonrió y se giró —Nuestra manada aceptó El Progreso, si lo deseas puedes quedarte, los médicos curarán sus heridas y podrán tener un techo en el cual pasar la noche, pero eso si, no permitiré que excedan los límites.
Por un momento el hombre trató de defender su orgullo, pero algo le impidió hacerlo —Ellos se llevaron a mi madre y a mi hermano— susurró.
—Lo sé, él no se tienta el corazón. Se llevó a mi madre, a mi hermana y a la persona que amaba, pero créeme, si vas ahí no podrás siquiera llegar a él cuando ya te encuentres muerto en el suelo.
—¿Qué sucede aquí?— cuestionó mi abuela por detrás, ya había vuelto del lugar sagrado.
Zack se apuró a llegar y se puso alerta, buscó entre los presentes a su Luna y cuando la halló fue a su encuentro. La tomó de la mano y luego caminó hasta toparse con el hombre.
Mi abuela caminó rápidamente y luego examinó al líder de esa manada destruida —¿Eres su Alfa?— preguntó ella dando vueltas en círculo a su alrededor.
—Si— el hombre respondió la pregunta hecha —Hemos venido por su ayuda.
—¿Ayuda?— volvió a preguntar mi abuela —No veo el por qué debamos ayudarlos. Esperé durante catorce lunas llenas su venida y jamás se aparecieron— se detuvo frente a él.
—Solo no quiero perder a mi familia.
—Resígnate, muchacho— mi abuelo tomó su hombro —Perdí a mi hija y a mi nieta. No volveremos a verlos.
—Bueno— habló mi abuela —Ya que la manada está abierta al progreso, son bienvenidos— dicho eso se dio la vuelta y se acercó a donde yo me encontraba.
—La manada colmillos negros, les da la bienvenida— habló Zack —Son libres de irse o quedarse, cualquier decisión que tomen será respetada.
—Nos quedaremos— habló él —Nuestro hogar quedó destruido, si ustedes nos aceptan aquí, con gusto nos quedaremos.
—Bien— habló Zack —Elyan los instalará y Robin curará sus heridas— ordenó y nosotros obedecimos sus órdenes.
Las heridas de los demás eran pequeñas, sanaban rápidamente y eso eran buenas noticias.
—Listo— hablé después de curar la herida del último hombre, di una sonrisa y me puse de pie para seguido volver con mis cachorras.
—Robin— habló mi abuela —sígueme— ordenó y comenzó a caminar en dirección a su casa —Los sabios tenemos algo que decirte.
Guardé silencio y solo caminé, una vez llegamos, entré y me senté en el sofá, al frente de los demás sabios que ya se encontraban ahí.
—La diosa luna nos iluminó— habló la abuela de Zack —quiere que presentemos a tus cachorras en el lugar sagrado, va a derramar muchas bendiciones sobre ellas.
—¿Cuándo será eso?— pregunté.
—La próxima luna llena— respondió mi abuelo.
—Está bien— dije.
Me alegraba saberlo. Mis cachorras serían muy temidas y respetadas en esta manada, las bendiciones que la diosa luna les entregaría las haría fuertes.
—También nos mostró otra cosa— habló mi abuelo nuevamente.
—¿Qué es?— pregunté.
—Tu alfa no está muerto— soltó él.
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Alfa y Omega [EDITADO]
WerewolfEl alfa y el omega nacieron para estar unidos. La diosa luna así lo manda. El omega complementa al alfa y viceversa. Alfa y omega deben estar juntos. Ese es el régimen que los antepasados, guiados por la diosa luna, dictaron en las leyes. Pero ¿Y...