Amarga Verdad

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- Hola John, soy Marinette. No, no hay nada de que alarmarse, solo lo de costumbre. No no hay nada peligroso a mi alrededor. ¿Algo verde? Un arbol a traves de la ventana. ¿Un olor? Humedad, es un salón en desuso. No, no te preocupes, solo quiero hablar, te lo aseguro.

Alya había seguido a escondidas a Marinette, seguramente planeaba algo en contra de Lila y ella la atraparía en el acto. Por fin los meses de constantes acoso en contra de la pobre e inocente Lila terminarían. Sin embargo, la conversación que Marinette tenía era de lo más extraño, no se hablaba de ningún tema en especifico, solo cosas aleatorias.

- ¿Mis papás? No quiero molestarlos, están muy ocupados en la panadería, y aunque estoy segura que tirarían todo por la borda con tal de estar conmigo, tenemos una hipoteca por pagar, no podría hacerle esto a ellos. Si, se que esto es mucho mas importante, pero por eso estoy hablando contigo, para eso es este número, ¿no es asi? ¿Un amigo? No... ninguno, nadie me cree. Bueno, Adrien sabe de las mentiras, pero el no cree que yo necesite ayuda, el cree que lo unico que importa es que Lila no se akumatice. ¿Realmente debo hablar de ellos? Gracias.

¿Adrien está incubriendo las mentiras de Marinette? Eso si es algo nuevo, Alya se aseguraría de hablar seriamente con el para destapar a esa farsante doble cara.

- Gracias por escucharme John, fue bueno hablar contigo. Debo ir a clases, muchas gracias por todo.

Al colgar, Alya pudo ver que el celular que Marinette había usado era diferente al que usaba regularmente, era uno mas pequeño. Seguramente era con el que mandaba todos los mensajes amenazantes a Lila, asi que cuando vio a Marinette guardar el telefono en su casillero, se aseguraría de tomarlo para recolectar las evidencias necesarias. Sin embargo, al tomarlo y desbloquearlo, no había ningun mensaje ni imagen ni contactos registrados en el celular. Solo el historial de llamadas al mismo numero una y otra vez. Copiando el numero en su propio celular, Alya procedió a colocar el celular en donde estaba y dirigirse al salón.

- ¡Alya que bueno que volviste!

- Lila, ¿estás bien?

- Si, estoy bien... es solo que... Marinette, me mandó otro mensaje hace un momento.

- ¿De verdad?

- Lo siento, se que debí mantener el mensaje como evidencia, pero era tan horrible que terminé borrandolo. - Por primera vez, la semilla de duda se sembró en Alya al haber estado siguiendo a Marinette durante todo momento sin embargo aún asi decidió que Lila decía la verdad.

- No te preocupes chica, deja que yo me encargue de esto.

Al volver a casa, Alya decidió mandar su mensaje usual insultando a Marinette por haber agredido a Lila, y para calmar su enojo decidió navegar un poco en su celular, fue entonces que recordó el numero al que Marinette llamó esa mañana desde ese pequeño y misterioso celular.

- ¡Hola! Estás hablando a la línea de la vida. Te atiende John, antes que nada me gustaría asegurarme, ¿te encuentras bien? Por favor hablemos un poco antes de que tomes una decisión precipitada.

- Hola, soy Alya. ¿Linea de la vida? ¿De que estás hablando?

- Hola Alya, tranquilizate. No se que dificultad estes pasando en este momento, pero el hecho de que te decidieras a marcar es un gran paso. Hagamos algo, un pequeño juego asociativo. ¿Puedes nombrar algo azul que estés viendo en este momento?

- ¿Algo azul? No te entiendo. ¿Mi celular cuenta?

- Perfecto, ahora respira profundamente y dime. ¿Reconoces algun olor?

- Mi mamá esta haciendo la comida. Asi que diré que estofado. En verdad, ¿de que se trata esto?

- Esta es la línea de la vida, ofrecemos consejo a aquellos que se sienten acorralados y están pensando en una salida equivocada. ¿Quieres hablar de ello? ¿Algun familiar o conocido tuyo necesita ayuda?

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