Capítulo XI. Tras el playboy a la fuga, Elena Corzo.

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Elena.

- "¿Está segura de es lo que quieres hacer, Dogos?"- le dije a nuestra alocada Miriam

- "Déjala no vez que prácticamente tiene ya la maleta hecha, ya solicitó al personal el puesto de secretaria de dirección en Seattle, va a trabajar con el número dos de la empresa que dirige su marido."- me respondió Pontos, ósea Arianna.

- "¿Y vosotras que vais a hacer para recuperar a vuestros maridos?"- nos preguntó abrazándonos Dogos.

- "Yo tengo que acompañar al jefe del departamento de logística internacional al evento que se realiza en las empresas de Nueva York. Los chicos se quedan con el abuelo Powell."- nos dijo Arianna sería, como si ya no tuviéramos claro que el imperturbable Keanu Powell ya estaba en esa ciudad, en este momento y, además, tenía que dirigir ese evento y hacer de anfitrión. Las tres no pudimos evitar sonreír, ya que su actitud era más que evidente.

- "Pues yo tengo que acompañarte."- dijo Emily seria - "Tu marido a secuestrado al mío, hoy me acabo de enterar que estoy embarazada, y no puedo decírselo al padre de mi hijo o hija, sino que en persona"- las palabras de Emily nos paralizó a todas en un segundo, para que al siguiente todas saltáramos de alegría para abrazarla, de felicidad y un minuto después, las tres, nos sintiéramos culpables.

Nuestras guerras personales están influyendo en la vida de otras personas, y eso sinceramente, no era justo, volví a golpearme mentalmente, y dejarme claro que nunca, volvería a ser tan estúpida.

- "Lo siento Emy si llego a saber que te hubiera afectado así, lo hubiéramos hecho de otra manera"- dijo Arianna con lágrimas en los ojos.

- "No importa no hay nada que no tenga solución, incluso para ustedes, aunque la próxima vez avísenme primero, para saber a qué atenerme."- dijo Dartacan sonriendo.

- "Tranquila que no habrá próxima vez, de esta aprendimos. Además, después de ir por Europa y Asía para supervisar con el jefe de marketing y él área de eventos, en poco tiempo tendré para veros"- dije.

Todas me miraron con sorna, pero como siempre la lengua suelta de Dogos, fue la primera en hablar.

- "Y ¿Qué cierto guapo moreno de ojos azules que te puso ese anillo en el dedo y te transformo en una mujer lujuriosa ardiente de deseo, este paseando solo, sin ti a su lado, ese cuerpo por toda Europa y Asía? ¿Verdad?"- me dijo muerta de risa, mientras las otras dos le acompañaban riendo.

- "Quizás...seguro que es eso, que se le va a hacer, no puedo dormir una sola noche más, sin el playboy a mi lado."- todas comprendieron lo que quería decir llevábamos una semana durmiendo solas y eso era peor que un castigo.

No sabía lo que le había hecho, ese hombre, a mi tranquila y organizada vida, pero ya no podía volver atrás, no quería volver atrás.

- "En fin, ya sabéis estamos a una videollamada, y no lo olvidéis, ¡UNA PARA TODAS!"- dijo Arianna, y todas respondimos al unísono.

- "¡Y TODAS PARA UNA!"- dijimos las demás y nos pasamos el resto de la noche riendo, comiendo y bebiendo, excepto nuestra Dartacan, que bebió zumo, tenía que cuidar a la futura generación, y en eso la íbamos a apoyar. La última noche que estaríamos juntas en mucho, mucho tiempo, la última noche de las mosqueteras.

A la mañana siguiente mi optimismo fue decayendo, al parecer las noticias que concernían a mi horrible y manipulador marido, y sin saber si lo estaba habiendo adrede o no, me ayudaron a descubrí, por medio del personal del área de relaciones públicas y eventos, que había organizado una maldita gira, la cual sólo comunicaba su próximo destino, doce horas antes, en un principio se había dirigido a Alemania, pero a los cinco días viajo dos países asiáticos, a Japón, y a Singapur, en menos de cuarenta y ocho horas.

Matrimonio Concertado con el CEO. El playboy domesticado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora