Amárrame

Un Poco De Diversión

Mᴇ ɢᴜsᴛᴀ ᴜɴ ᴄᴀʙᴀʟʟᴇʀᴏ ﹐ ϙᴜᴇ sᴇᴀ ɪɴᴛᴇʀᴇsᴀɴᴛᴇ
Qᴜᴇ sᴇᴀ ᴜɴ ʙᴜᴇɴ ᴀᴍɪɢᴏ ﹐ ᴘᴇʀᴏ ᴍᴀ́s ᴜɴ ʙᴜᴇɴ ᴀᴍᴀɴᴛᴇ

Spreen seguía sin terminar de comprender lo que pasó la noche anterior hablando con Roier, de un punto había sido golpeado, rebajado e insultado, ¿Y lo peor?... Que él no se molestó por eso.

Ese golpe que Roier le dio, la manera en que lo trató, el tono de voz con el que le habló, hizo que se estremeciera desde dentro.

¿Por qué Roier le provocaba eso?

Simplemente no lo entendía.

Así como tampoco entendía por qué Spreen estaba haciendo caso a lo que Roier le ordenó.

Después de salir de casa de Roier, deambuló hasta llegar a casa de Quackity, le explicó que el mexicano lo había sacado de la casa y lo dejó quedarse a dormir ahí mientras construía otra casa.

Y ahora, a esas horas de la tarde, finalmente había entrado a la regadera para bañarse correctamente, dejando que el agua limpiará su cuerpo.

Spreen suspiró mientras tomaba el jabón y empezaba a frotarlo por su pecho y hombros. Dejo que algo de espuma se generará antes de enjuagarse con el agua y finalmente se sintió relajado.

Pero su mente empezó a vagar por los recuerdos sobre el momento subido de tono con Roier.

Esa voz grave, ese comportamiento tan duro, esa mano tan fuerte...

Mierda, aún sentía punzadas en su mejilla cada que recordaba la bofetada, pero aun así no era algo que le llegará a molestar.

Y la mente de Spreen volvió a enloquecer, pensando en un sinfín de cosas y todos y cada uno de esos pensamientos terminaban igual.

En Roier.

Cerró los ojos y tragó saliva mientras dejaba el agua cayera en su cabeza, tratando, y fallando, de no pensar en Roier, pero le era imposible.

Pensó en como lo miraba con esos ojos llenos de enojo en su contra, y la manera en que le habló... ¿Realmente Roier pensaba que sus ojos eran bonitos?

Aunque esa declaración vino después de la amenaza con hacerlo llorar.

Y Spreen estaba abierto a la posibilidad de que Roier lo hiciera llorar.

Quizás era porque estaba aceptando su karma o porque la idea de Roier haciéndolo llorar enviaba mucha oxitocina por todo su cuerpo y quisiera que Roier...

No.

Él no es masoquista... Definitivamente no lo es.

Tal vez acepte un golpe o dos, quizás una bofetada más, pero hasta ahí.

Spreen era de mente fuerte, no iba a dejar que la idea de Roier haciéndole daño dominará su mente.

Bueno, pero sí podría dejarlo dominar su cuerpo.

¡No! ¡Ya basta de eso!

Spreen gruñó por frustración, ya que su maldito cerebro no dejaba de mandar pensamientos estúpidos.

Y lo peor... Lo peor fue cuando Spreen miró hacia abajo, observando que había tenido una erección por haber pensado así de Roier.

¿De verdad se excitó tanto solo por eso pensamientos?

Esa erección se estaba volviendo demasiado incómoda para ignorarla y soltó un gran suspiro. Cerró sus ojos y bajó su mano derecha hasta su pene, rodeando su erección con la mano.