Capítulo 9.

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John estuvo golpeando a muchos estudiantes esa mañana, más explosivo y violento que nunca, mancillándolos por la mínima cosa que lo moleste. Remi ya se ha quejado varias veces por el chat y el rumor de la casa segura en riesgo llegó a su punto más alto hoy debido a que el mismo John interrumpió en ella con agresividad.

Arlo piensa que se debe a lo que sucedió ayer y por eso hoy está vaciando sus frustraciones de las peores maneras. Para Zeke, su líder debe parecer ahora como la mejor figura a seguir y Cecile seguro está satisfecha con su rey. Para el resto, John es un desquiciado.

Y por alguna razón Arlo no está del todo molesto con John y sus acciones.

Hasta que se entera del enfrentamiento en la casa segura con la llamada de Remi; John golpeó a Seraphina. John siempre hizo un alboroto por ella. Pero sigue siendo el mismo cobarde.

Arlo piensa que no vale la pena enfrentarse a John, simplemente está harto de la poca razón que tiene cuervo. Un rey enfermo que está llevando algo como Wellston a la basura de entre la jerarquía escolar.

Él pensó que su voluntad lo haría alejarse de John cuanto fuera posible, pero después del trabajo con las autoridades el rencor en él parece difuminado y en cambio, algo rebota en su interior con pesadumbre cuando la lluvia desciende arruinando el atardecer.

John todavía no debería llegar, y él no debería estar buscándolo por los edificios.

Cuando lo haya, una pieza rota y destruida, con la cara escondida entre sus rodillas y arrinconándose contra la pared del almacén; no es difícil descifrar que está llorando, sus hombros bajando y los pequeños soniditos que llegan hasta sus oídos lo dicen por él.

Arlo se acerca, cuidadoso con sus pasos hasta llegar frente a él y suspirar buscando las palabras, lo que él debería de hacer o si debería meterse con la estupidez de alguien aún más estúpido.

"¿Qué mierda quieres aquí, Arlo?" John alza la voz ronca en un intento de grito, mostrando apenas su rostro estropeado por las lágrimas.

"¿Cuántas veces más voy a tener que arrastrarte dentro del edificio para cuidarte?".

"Nunca te pedí tu ayuda, malnacido. No necesito tu estúpida compasión falsa".

"No estoy siendo falso, pero estoy...preocupado por ti, así q-".

"¡Déjame en paz de una puta vez! ¡¿Qué demonios te importa lo que me suceda?!". John lo interrumpe. "¡Vete al diablo!".

"¿Entonces seguirás haciendo esto? ¿Vas a seguir lloriqueando y haciendo berrinches en el banco detrás de los dormitorios?".

"¿Cómo sabes?". Puede resistir las ganas de reír por la expresión sorprendida de Joker. Arlo ha tocado un nervio y lo sabe, pero él reconoce que es una de las mejores maneras para hacer entrar en razón a alguien o hacer que salga de sus cabales; está jugando con las posibilidades, pero a ese punto no le importa hacerlo. "¡¿Me has estado espiando, maldito?!"

"No es un lugar muy discreto, cualquiera pudo haberte visto, no me culpes a mí".

"Solo lárgate". Es una manera para darle la razón, lo único que está buscando en ese momento es que lo deje tranquilo y pueda ahogarse una noche más como el débil que es, por que es lo que su corazón necesita otra vez.

"Ya estoy aquí, vámonos a un lugar menos húmedo. No podremos salir a estas horas a Boba, pero las máquinas expendedoras tienen varias bebidas". Con una expresión difícil de descifrar John fija sus ojos vidriosos en Arlo, ambos compartiendo las mismas ojeras horrorosas. Pero el repentino silencio y la mirada fija de cuervo están poniéndolo incómodo. "Deja de mirarme así, solo deja de herirte aquí y llorar por tu miseria en un sitio como este. Te acompañaré a tomar algo y podremos regresar a los dormitorios".

"¿Por qué no estás gritándome mis errores a la cara como el resto? ¿No crees que soy un monstruo?"

"Lo eres John, pero hasta los monstruos necesitan ayuda".

La Depresión del Rey | JarloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora