Capítulo 40

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La mañana llegó y yo ya no sentía mis manos. Mis pensamientos se abarrotaban, no lo luché por detenerlos. ¿Qué iba a hacer?

—¿Quiere que le lea la mano?

Una voz tenue detuvo mis pensamientos. Levanté mi cabeza a duras penas y los rayos del sol me impedían ver el rostro de aquel muchacho. Divisé solo un poco de sus cabellos castaños que se escapaban rebeldes por aquella pañoleta de colores que llevaba en la cabeza, bajé la mirada detallando aquellos labios endemoniadamente rojos y esa blusa de lino. ¿Era un gitano?

—Señor, permítame leerle la mano.

Estiré mi mano y se la ofrecí. Aunque estába consciente de que no traía ni una moneda.

—Mh.

Su tacto cálido me hizo sentir que aún estaba vivo. Con delicadeza recorrió mi palma y soltó un jadeo de impresión.

—Oh...

—¿Qué sucede?

Mi voz estaba herida, y más grave de lo normal.

—Usted tiene un hechizo de amor y hasta que no lo rompa no podrá ser feliz.

¿Hechizo de amor?

Él continuó revisando mi mano y luego la soltó como si ella quemara.

—¿Hechizo de amor?

—Sí. Usted sabe cómo hacerlo, busque en sí mismo.

Metí mi mano dentro del bolsillo de mi pantalón.

—No tengo dinero para pagarte.

—No, no, no. No es necesario.

El gitano se alejó lentamente, mientras que de vez en cuando volteaba a verme.

Y lo recordé. Aquel hechizo que Jungkook hizo de juego, ¿acaso era real? ¿Cómo pudo ese gitano saberlo?

Dos gotas de agua.

Me levanté de la banqueta y me fui caminando hacia el departamento. Usé las escaleras para tomarme más tiempo, pero él tiempo estaba en mi contra y ya estaba frente a esa enorme puerta. Ingresé el código y la puerta se abrió.

Mis ojos encontraron a Jungkook muy cerca de la ventana.

Había empezado a llover...

Él no volteó a verme, pero bien sabía que yo estaba ahí.

—Bebé.

—Destruiste los documentos que Jaesung te encargó con su vida.

—¿Qué?

Ni siquiera comencé a trabajar los documentos, ¿cómo podría destruirlos? Era otra treta de Jaesung.

—Los destruiste y todo por lo que Jaesung luchó se ha ido.
—Es otra mentira. ¡Él te miente!

—Taehyung...

—¡¿No entiendes?!

Su silencio me rompió el corazón. ¿Este era el precio que tenía que pagar por haberme acostado con su hermano? ¿No había sufrido demasiado ya?

—Tae.

—¡Te amo maldita sea, te amo con mi vida!

Jungkook dejó escapar un risa y yo sonreí.






Dos gotas de agua ➳taekook [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora