𝓭𝓮𝓼𝓹𝓾𝓮́𝓼 𝓭𝓮𝓵 𝓭𝓸𝓵𝓸𝓻 𝓿𝓲𝓮𝓷𝓮 𝓵𝓪 𝓯𝓮𝓵𝓲𝓬𝓲𝓭𝓪𝓭

1: perdida

— porque?— hablo una mujer con lágrimas amenazando con salir de sus ojos— porque...porque tú?— preguntó viendo con dolor al hombre que una vez amo entre sus brazos— acaso no puedo ser feliz?!— grito viendo el cielo nublado gritando a esa entidad que llamaban dios como si aquella pregunta fuera a ser respondida

En aquel lugar lleno de destrucción por algún tipo de batalla mientras que en sus brazos yacía muerto el amor de su vida al que había jurado hacer una vida juntos pero la vida siempre se burlaba de ella en la cara al quitarle todo lo que ella quería después de todo esa era su maldición una que sin duda odiaba ella no tenía la culpa de los errores de sus antepados pero ahí estaba ella pagando el precio sin poder hacer nada mientras que en su mente solo podía escucharse las últimas palabras del hombre "nos encontraremos en otra vida" esa sin duda era una promesa que significaba mucho para la mujer que estuvo al lado de su amado hasta que esté dió su último aliento llevándolo a un sueño eterno.

Un grupo de personas se acercaba a la pareja corriendo con una sonrisa de felicidad en sus rostros pero al ver aquella escena esa sonrisa tal como había llegado se había esfumado dejando ver rostros de sorpresa y tristeza por aquel hombre tan querido por ellos era una gran persona sin duda era un buen amigo y un camarada en el que podías confiar ciegamente pero ahí estaba sin vida en los brazos de su amada que lo único que pudo hacer era llorar su muerte

— que...que fue lo que pa-paso?— pregunto una chica con sus ojos brillosos por las lágrimas que empezaban a hacerse presentes y caían por sus mejillas— Seiko?— llamo la chica casi en un susurro pero que aún así se logró escuchar

Seiko la miro de reojo aún con lágrimas callendo quería gritar por el dolor que sentía en su corazón pero su voz no salía por mucho que intentara decir algo y claramente el grupo lo había notado

Un chico de cabello azabache y ojos grises se acercó y puso su mano en el hombro de la chica— tranquila no tienes que decirnos si no quieres— dijo con tristeza sabía que Seiko se sentía demaciado destrozada y como no aquel hombre que ella amaba murió en sus brazos

La joven lo miro con agradecimiento y luego miro el rostro pacífico de su amado, parecía dormido pero aún así Seiko sabía que no lo estaba—...debemos hacer un entierro digno de el— dijo otro chico de cabello blanco y sus ojos eran verdes

Nadie dijo nada solo llevaron el cuerpo con ellos, la tristeza era notable en el grupo ya no tenían nada que festejar pero mientras pasaban por aquellas personas que festejaban su victoria en la guerra al ver a la persona que los había motivado a luchar por su tan deseada libertad aquella alegría una vez más fue transformada por tristeza mientras que hacían silencio por aquel hombre tan bueno en este mundo mientras que le daban su más sincero pésame a la oji-dorada.

En una hermosa colina con algunas flores, el césped verde y un árbol grande con una hermosa vista al atardecer fue ahí donde enterraron al amado de la joven que lloraba una vez más desconsolada esta vez en los brazos de su amiga que no soportaba verla de esa forma pero por mucho que quisiera hacer reír sabía que ese no era el momento adecuado y debía dejar que Seiko largar todo ese dolor

Luego de unas horas todo el mundo empezó a irse hasta dejar a aquel grupo solo mirando la tumba de su compañero y amado— Seiko...vamos necesitas descansar— hablo el chico de cabello azabache mientras colocaba delicadamente sus manos en los hombros de la chica

Aún sin poder decir nada asintio desanimada mientras se dejaba llevar por sus amigos en silencio hasta el lugar donde se estaban quedando todos a descansar luego de ganar la guerra y destronar al rey que los gobernaba por mucho que eso era una noticia muy buena nadie podía festejar todos estaban de luto, Seiko miro a todos los que habían luchado con ella y su amado a su lado regalando les una pequeña sonrisa forzada y entro a su carpa en silencio

— que haremos ahora?— pregunto la chica en un susurro

El albino quedó pensativo sinceramente ahora no tenía cabeza para pensar pero miro a todos los que estaban esperando alguna orden y suspiro— supongo que nos quedaremos a descansar todos lo necesitamos...más Seiko— dijo mirando de reojo la carpa donde se encontraba la joven— Hikari ve a qué te revisen esa herida— sugirió al notar la herida en el brazo de la chica

La joven de cabello lila se miro la herida y asintio— está bien...

Muchos empezaron con sus deberes, algunos vigilaban los perímetros por si había alguien que seguía bajo órdenes del rey que habían derrotado, otros se encargaban de buscar comida o algunos frutos del bosque y otros buscaban leña para hacer una fogata ya que muy pronto llegaría la noche.
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El sol comenzaba a esconderse pintando el cielo de colores pasteles hermosos, las estrellas poco a poco comenzaban a mostrarse con aquel brillo y la luna estaba ahora en su punto más alto iluminando aquel lugar de batalla donde habían quedado algunos árboles y cabañas destrozadas por la pelea, los campos donde una vez hubo cosechas estaban destrozados obviamente pero aún así habían logrado conseguir verduras que se encontraban en buen estado, otros lograron cazar algún animal por los al rededores y ahora estaban haciendo un estofado para todos

— sabes si vendrá?— pregunto Hikari observando disimuladamente la carpa donde se encontraba Seiko

El albino al igual que la chica miro la carpa con tristeza— no lo creo— respondió mientras tomaba un cuenco con estofado y un vaso de agua— le llevaré su comida

Con eso dicho se levantó de dónde estaba y se dirigió a la carpa en silencio siendo observado por algunos aunque las miradas solo duraron unos segundos para su suerte

— Seiko...— espero unos segundos para ver si la chica respondió pero nada era silencio— Seiko...traje comida— siguió hablando mientras se agachaba un poco— debes comer un poco así que...voy a entrar

Con cuidado y lentamente agarró la fina tela de la carpa y la abrió para ver a la joven dormida o eso es lo que pensó.