~Only Part~

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El sol estaba ocultándose, subían las escaleras camino al apartamento de Mafuyu, este iba a la delantera mientras que Uenoyama se encontraba mucho más atrás con cierta desgana. Tenía un sentimiento desconocido palpitando en su pecho, la cabeza revuelta y los pensamientos atormentando la calma que trataba de mantener.

Cuando lleguemos a casa, hagámoslo”

Las palabras que Mafuyu dijo en la playa daban vueltas en su cabeza sin parar. ¿Hacer qué? se refiere a eso ¿Cierto?

En cuanto lo oyó quedó en shock, se fue en uno de sus viajes astrales en el vacío de su mente.

Si no hubiese sido porque la gaviota que intentó robar su bocadillo anteriormente regresó por venganza tal vez no hubiese vuelto a la realidad.

En el fondo agradecía al pajarraco por sacarlo de aquella incómoda situación a la que no sabía cómo reaccionar. Luego, de camino a casa, el tema no volvió a surgir y las cosas siguieron normales, sin embargo, no había podido sacarlo de su mente.

Uenoyama no podía negar que en algún momento había pasado por su mente.

Es normal para él sobrepensarlo todo, le encantaba atormentarse a sí mismo.

En cierto modo, era un masoquista.

Desde que se volvieron novios pensó en todo lo que ésto implicaba hacer con Mafuyu. Besos, abrazos... Contacto físico.

Sale de sus pensamientos en cuanto llegan al departamento y maldice que Mafuyu no viva en la punta de Everest.

Mafuyu se apresura entrar pero Uenoyama se queda plantado en el recibidor, más nervioso que la primera vez que lo visitó.

—¿No vas a pasar? —cuestiona su novio.

Ritsuka da un respingo y balbucea:

—S-sí —entra rápido y se quita los zapatos torpemente. Pasa de largo y Mafuyu ladea la cabeza confundido.

Llegan a la sala de estar y se sientan el uno al lado del otro, Uenoyama con la mirada gacha, sumidos en un silencio que aunque a él le parecía incómodo, a Mafuyu se le hacía de lo más normal, ya que su novio nunca había sido de mucho hablar.

—Y entonces... —Ritsuka toma valor y decide entablar una conversación—. ¿A qué hora llega tu madre?

—Oh, ella no va a venir hoy. Fue a visitar a una amiga.

Mierda.

Todo tipo de maldiciones pasaban por la cabeza de Uenoyama. Su rostro expresaba sorpresa que intentaba disimular. Pero estamos hablando de Ritsuka Uenoyama, obviamente no lo hacía, era como un libro abierto.

—¿Qué tal si preparamos la cena? —ahora es Mafuyu quien cambia el tema—. ¿Me ayudarías a cocinar? —pide esbozando la adorable sonrisa con la que siempre hacía sucumbir a su novio.

Uenoyama se relaja un poco con la propuesta de su chico y asiente con la cabeza. Rápidamente, lo toma desprevenido, enlaza su brazo emocionado y lo arrastra hasta la cocina entre risas.

Aunque parecía inofensivo, Mafuyu también tenía sus aces bajo la manga. Sabía de su poder de convencimiento y no dudaba en usarlo si fuese necesario, más si se trataba de su asocial favorito.

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⏰ Última actualización: Apr 14, 2023 ⏰

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