Caitlin consigue el trabajo de su vida, trabajando como científica de datos para un equipo de Fórmula Uno -El escape perfecto para una chica que viene de una mala roptura-. Pero en su nuevo entorno, Caitlin pronto comienza a preguntarse si este es r...
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Era jueves, casi una semana después del Baile de Inicio de Año, y las cosas comenzaban ponerse ocupadas dentro del equipo Ferrari.
Los mecánicos habían pasado los últimos días dando los últimos toques a los autos (Habían tenido que desmontar el de Kimi después de un problema con el motor, pero parecía estar resuelto ahora); la gerencia había pasado todo su tiempo haciendo conferencias de prensa para generar entusiasmo y expectativas antes de la carrera del fin de semana.
Arriba y abajo de la calle de boxes, Caitlin podía escuchar un ajetreo similar desde los otros garajes. Periodista tras periodista se veía hablando animadamente entre ellos, señalando a varios garajes diferentes, agarrando a los jefes de equipo para hacerles algunas preguntas rápidas, obviamente emocionados por ver lo que traerían los nuevos autos de este año.
Caitlin, Adami, Dave, Seb y Kimi estaban sentados en un banco en medio del garaje de Ferrari repasando un mapa de la pista, y hojas y hojas de gráficos y datos, revisando el plan para la sesión de práctica de hoy.
Lo primero y más importante en el día de hoy era obtener la mayor cantidad de datos posibles sobre el coche de 2015. No había sido puesto en marcha desde las pruebas en Barcelona, y desde entonces lo habían desmontado, enviado a mitad del mundo y vuelto a ensamblar. Caitlin estaba ansiosa por ver cómo se comportaba en la pista de Melbourne, qué tan rápido se adaptaría a la superficie y cómo se compararía su velocidad con la de otros equipos. A pesar de lo que los datos mostraran, esto era solo el comienzo y habría mucho más por venir a lo largo del año. Adami y Dave estaban hablando animadamente, señalando diferentes líneas que querían probar en las rectas y discutiendo las zonas de frenado.
"¡Bien, chicos, tenemos una hora!" llamó Jon, el Ingeniero Jefe, encargado de mantener el día a día del garaje en orden. "Ustedes dos", agregó haciendo un gesto con la cabeza hacia Seb y Kimi, "Reunión con los pilotos en 5. Mejor vayan moviéndose".
Con un pequeño gesto de cabeza, los dos pilotos salieron de sus sillas y se dirigieron hacia la parte trasera del garaje, hacia las oficinas de los comisarios.
Caitlin no pudo evitar girar la cabeza para ver a Seb salir de la habitación. Observó cómo los brazos de su mono oscilaban de un lado a otro mientras caminaba, colgando de sus caderas. Sus ojos subieron para ver su espalda alejándose, admirando los músculos que se contraían en su espalda mientras movía los brazos, claramente visibles a través de su ajustada camiseta blanca.
No era la primera vez esa semana que la mente de Caitlin volvía a la noche del baile. Recordaba la sonrisa emocionada en su rostro mientras bailaban juntos. El pequeño destello de sonrisa en su rostro cuando la música se desaceleró y las luces se atenuaron. El toque de las manos de Seb mientras la acercaba, el calor de su cuerpo mientras bailaban lentamente, la sensación emocionante en el fondo de su estómago mientras él apoyaba sus manos en su espalda baja. La ternura que podía ver en sus ojos mientras él sostenía su barbilla y se inclinaba para besarla.
