extra: raebin.

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Meses atrás...

Bang RaeBin.

Un alfa muy imponente.

Sus ojos azules y cabello rizado color chocolate, su mandíbula marcada y una nariz delicada lo hacen muy agradable a la vista de todos los omegas en su escuela.

Es un buen jugador de fútbol, es inteligente, amable y muy divertido, pero un poco temperamental, no dudaría ni un segundo en partirte la cara si agredes a sus amigos o te burlas de él.

Se es conocido en la escuela que es un alfa un poco temperamental, solo tiene mucha paciencia hacia su familia y amigos.

—¡RaeBin! —SunHo, uno de los jugadores del equipo se acercó a él. —¿Podríamos hacer una fiesta en tu casa?

RaeBin frunció el ceño.

—La respuesta es obvia, SunHo: —siguió caminando. —No.

SunHo rodó los ojos.

—¿Por qué no? Tu casa es gigantesca, nosotros llevaremos todo lo que se consumirá. —SunHo caminaba junto a él.

La paciencia del alfa empezaba a terminarse.

—Ya te dije que no, —volteo a verlo. —Tengo hermanos pequeños y mis padres no querrán que tengamos una fiesta en casa.

El alfa se volteo y siguió caminando con las súplicas de SunHo detrás de él.

—Tus padres son asombrosos, —se puso delante de él. —Créeme que no haremos muchos desastres, solamente será una noche.

RaeBin gruñó un poco molesto.

—No.

—¿Qué tal si invito a ChaeMin?

RaeBin se detuvo.

ChaeMin.

El dulce omega de olor a malvaviscos, cabello café y esponjoso.

Amante de usar suéteres suaves y de colores claros, es dulce, adorable y tiene ese algo que hace que RaeBin se derrita.

—¿ChaeMin?

SunHo se acercó a él y puso un brazo en su hombro.

—Imagínate que puedas hablar con él esa noche, —levantó su mano izquierda e hizo un cartel imaginario frente a ellos. —Bang RaeBin conquista al dulce omega del cual ha estado enamorado por casi un año.

RaeBin sonrió.

Frotó sus manos en su rostro.

—Intentaré convencer a mis padres, pero no te aseguro nada.

●●●

Al llegar a casa RaeBin vio el auto de su padre estacionado por lo cual el alfa estaba en la casa.

Dejó el casco de su bicicleta en una de la silla en la entrada.

—Felix, tenemos que ir. —su padre estaba junto a su madre quien preparaba la comida. —¡Será divertido!

—Channie, no podemos dejar a los cachorros solos.

RaeBin se quedó en la puerta de la cocina y sin pensar dijo:

—Yo puedo cuidar a mis hermanos.

Chan y Felix se asustaron al escuchar la voz de RaeBin.

—¿Puedes cuidarlos por tres días? —Chan cruzó los brazos y lo vio serio.

RaeBin rascó atrás de su cabeza.

—C-claro, —RaeBin aclaró su garganta. —Serían unos días, además de que no es tan difícil cuidarlos. ¿Verdad mamá?

yellow flowers and coffee cups › chanlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora