finalmente llego el día en que Romina conocería la casa, sus amigas y por un lado Walter, organizaron una fiesta de bienvenida para ella. Hoy Romina estaría en Devoto con Daniela para hacerle el aguante a Julieta, solo quedaban tres días para la final de GH.
El día fue un caos, pero tal y como decís Romina un caos hermoso, la gente esperándola, pidiéndole fotos y dándole regalitos, se la veía feliz. Yo por un lado estuve con Feli y Nina dentro del bar donde nos quedábamos para no estar en el tumulto de gente, mientras Walter estaba con su celular, yo me fui con las nenas al balcón, Romina estaba contenta, saludando a todos desde arriba, habían carteles especialmente para ella y que carteles! Claramente su fandom eran la mayoría lesbianas, entiendo su punto de vista perfectamente.
la juntada termino, junto con las nenas, Romina y Walter nos fuimos a la casa.
Llegamos y Romina admiro la belleza de su nuevo hogar, claramente era un lugar perfecto para convivir, sin embargo, ella esperaba un poco menos después de todo lo que paso con Walter y sus problemas económicos. Romina sabía que esta noche se iba hacer algo en su casa, me llevo a la habitación y puso sobre la cama su valija, comenzó a sacar ropa que no había usado nunca en la casa y me fue mostrando.— ¿Esta te gusta?.— me preguntó midiendomela.
— Si, esta linda.
— Bueno, ponetela para esta noche. ¿Querés?.
— Si, me va.— me senté en la cama y puse el vestido sobre mis piernas mientras la observaba elegir su ropa.
— Yo creo que me voy a poner esto...— saco una pollera negra tuvo corta y un top, ambos del mismo color.
Comenzó a desvestirse en frente mío, verdaderamente me quedé con los ojos al plato y los cachetes como un tomate, a veces creía que lo hacía a propósito pero claramente era mi mente, ella solo se estaba cambiando al frente de una chica a la cual le genera confienza. Observe cada parte de su cuerpo, note la cicatriz de la que una vez hablo, la cicatriz que no dejo que tomara sol por completo... Que fastidio! pensé. Cada curva era perfecta, era preciosa por dónde la mires, se terminó de cambiar y rápidamente mire hacia otro costado.
— ¿Te gusta como queda?.
— Hermosa.— le sonreí y ella me devolvió la sonrisa junto con un besito en el aire, esta mujer me esta matando.
Por lo general Romina nunca se maquillaba, su belleza ya era por naturaleza, solo se puso un bálsamo con sabor a cereza, en mí cabeza pensaba en probarlo pero sería algo demasiado a arriesgado, esta noche por lo que sabía, iríamos a un boliche, sabía que Walter no iría porque a él no le copan tanto, si el antes iba era porque Romina le pedía por favor que vaya, en este caso solo iríamos sus amigas, Dani, Thiago y yo.
La noche estuvo linda, hicieron karaoke, cenamos y bebimos un poco bastante pero aún así seguimos, aunque yo ya estaba para irme a dormir profundamente.
— Yo creo que me voy a quedar...— dije bostezando.
— No...— hizo su típico pucherito, me daba tanta ternura.— ¿Estas muy cansada?.
— Mas o menos, pero si me pedís que vaya, voy.
— Quiero que vengas! va a ser la primera vez que salimos juntas de muchas.
Se hizo la hora y partimos al boliche, era uno del de sus amigas, era enorme, fuimos al balcón que daba a la pista y bailamos ahí, Romina se pidió más o menos en toda la noche fernet, bailamos bastante pegadas por la cantidad de gente que había, en un momento, sin darnos cuenta nos arrinconamos en una esquina, nos quedamos apoyadas en la pared mientras veíamos a la gente bailar, en un momento Romina apoyo su cabeza en mí hombro y se quedó ahí por varios minutos, con una de mis manos tomé su mentón para verla y ella levanto la cabeza, mientras me miraba con los ojos bien chiquitos.
— Pense que estabas dormida.— le dije y ella media sorda no entendió.
— ¿Que?.— me acerque a su oído y le repetí.
— Que pensé que estabas dormida.
— En eso estoy.— se rio
— ¿Querés que nos vayamos?.— le pregunto y asintió con la cabeza.
Buscamos a un Uber ya que ninguna de las dos tenía un auto para poder volver a casa, mientras íbamos en camino, Romina se volvió a apoyar en mi, yo solo la miraba, me parecía tan divina, parecía no se, un ángel.
Apenas llegamos, estaba todo apagado, subimos y Romina se dirigió a las habitaciones de las nenas para darles un beso de buenas noches. Yo fui a la mia y cerré la puerta, antes de que la cerrará Romina la detuvo y entro.— ¿Me puedo quedar acá? Walter se durmiendo con Feli y la verdad es que no quiero dormir con él, todavía.
— ¿Todavía?.— nos quedamos en silencio pero olvidé de responderle lo anterior.— y si, quédate.
nos acostamos tal cual ella dormía con Camila, sentia como ella daba vueltas y vueltas para dormirse.
— ¿Estás bien?.— le pregunté sentándome en la cama.
— Si, pasa que... estoy media incómoda, vistes, me parece que es mejor que las dos durmamos del mismo lado.— ese día Jazmin, yo, mori, bueno casi, si bien ya habíamos dormido juntas, no era lo mismo en una cama inmensa de un hotel a una de una plaza.
Sin decirle nada, le hice un lugar y se acostó bien cerca de mi, estábamos en forma "cucharita" pero sin tocarnos tanto, en eso sentí como una de sus piernas se rozo con la mia y me hizo un pequeño descargue eléctrico que hizo que me estremeciera.— ay...— dije muy bajito.
— ¿Te agarro un escalofrío?.— se reia, parecía que le encantaba verme nerviosa.
— algo así...— suspire, sentía como su respiración me daba directo a la nuca.
— Antes de decirte buenas noches... ¿La pasantes bien?.— me preguntó.
— Si... La verdad me gustó salir con vos.
— No se si hacerlo rutina pero me gustaría hacerlo más seguido.
— Si vos lo pedís, no te voy a negar...— reí.— Buenas noches, Romi.
— Descansa, no tengas miedo de venir más cerca, en la casa también dormía con las chicas y ni me tenían tanto miedo.— se seguía riendo.
Yo solo me acerque un poco más, podía sentir su calor, no podía explicar lo que me pasaba y me hacía sentir.