O33. dangerously charming || Pedro Pascal

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(CONTENIDO ADULTO)

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Rose jugaba entretenida sobre la alfombra del living mientras yo leía uno de los tantos libros que debía terminar sólo por ocio. La literatura de romance era mi preferida, y en muchas ocasiones, fantaseaba con que uno de esos libros, había sido escrito en base a mi experiencia. No podía decir cual, pero mi vida junto a Pedro, era digna de ser escrita en un libro.

Conocernos entre tantas personas, justo en un lugar que pocos frecuentaban visitar, fue lo que nos unió. Una simple galería de arte. Solía visitarla cuando me veía envuelta en el deseo de querer desaparecer unos minutos. Ese día, era uno de ellos donde mi trabajo e inseguridades me permitieron llegar hasta el lugar donde Pedro también había llegado. No sé si fue amor a primera vista, bien no creía en ello, pero la química, fue algo que se dio de manera indescriptible. A los meses, los mensajes de textos y citas eran muy comunes. Al año, ya vivíamos juntos y gozábamos de una vida en pareja, entre fotos y entrevistas donde él ya mencionaba que no estaba dentro del mercado. Él era mío y yo, suya.

—Mami, papá... —Dijo nuestra hija. Me mostró uno de sus peluches y aduras penas se levantó del suelo. Corrió a mi lado y tomó mi celular. Bien sabía que allí había fotos de su padre y era, la única forma de tenerlo cerca cuando Pedro salía por trabajo.

Miramos un par de fotos donde aparecía él junto a mí, o Rose en sus brazos. Sonreí embelesada ante tanta ternura. Rose eran los ojos de Pedro.

—Hoy te quedarás con la abuela, ¿sí? —Le dije a Rose. La pequeña de tan solo cinco años, asintió. Corrió a su habitación y volvió a mí con una de sus muñecas de género. Asentí en respuesta a su petición. —Claro, te puedes llevar a Rose. —Le dije, haciendo alusión a la muñeca que por nombre llevaba Rose. Nombre que ella misma le había puesto por su parecido.

La vestí y esperé a mi madre quien vendría por la pequeña.

—¿Segura que estarás bien sola? —Me preguntó mi madre, un poco preocupada.

—Sí, necesito terminar estos informes. No me vendría mal un poco de tu ayuda. —Sonreí a mi madre. —Sé que no es problema para ti, pero esta vez sí necesito tu ayuda.

—Hija, descuida. Tu sabes que cuidaría a Rose todos los días. —Carcajeó. —He sabido que Pedro ha derrumbado a muchas con la nueva sesión de fotos. Es una tendencia mundial ese hombre. —Arqueó una ceja, formando una sonrisita ladina.

—¿Qué fotos? —Inquirí, curiosa. Mi mamá negó indignada. —Mamá, aunque no lo creas, no me fijo qué hace Pedro estando fuera. Al menos no ahora, esos informes...—Suspiré. —En fin, veré esa sesión de fotos para estar al nivel de la suegra.

Mi madre volvió a reír. Me despedí de Rose y vi como ambas se alejaban de la casa en el auto de mi madre. Me dirigí hacia la cocina y llené un vaso con zumo de naranja antes de ir la habitación y encender el portátil. Sin embargo, me llamó la curiosidad aquellas fotos de las cuales yo no tenía aún conocimiento. Busqué entre las plataformas sociales y fue lo primero con lo que me topé. Un Pedro bastante atractivo que lucía trajes que dejaban mucho para fantasear. Reí para mí misma pues, ni yo podía creer que tal hombre, quien posaba para Esquire, era con quien yo estaba emparejada.

Pedro Pascal - Joel Miller || One ShotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora