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Ana

Mi cuerpo dolía, ahora sí había perdido a toda las personas que me querían, ya no me quedaba nada. Lo que si tenía seguro es que ya no quería aguantar esto más tiempo.

Abrí la ventana y mire hacia abajo, sería tan fácil aventarme y acabar con esto de una vez, con mi muerte todo el dolor acabaría y al fin sería libre.

Pero había algo que me detenía, y es que no era lo suficientemente valiente para hacerlo, fue cuando recordé que Christian siempre dejaba sin seguro la puerta que da a las escaleras de emergencia, era mi única oportunidad de escapar, así que mientras el estaba entretenido corriendo a todos yo salía de ahí lo más rápido que podía, al llegar a la calle, corrí como loca sin ninguna dirrección, solo me importaba alejarme de ahí.

Un auto estuvo apunto de atropellarme, de él bajo un hombre vestido de traje que al verme sonrió, se acercó a mi y me pidió que entrara al coche, intenté negarme pero él insistió de que debía llevarme a un hospital para que me revisaran.

Al final termine dentro del auto, el sujeto veía por la ventanilla y debes en cuando soltaba un suspiro, volteaba a mirarme y hacía lo mismo una y otra vez.

Ya me estaba hartando de esto, hasta que el volteo una vez más, me  extendió su mano y dijo -Por cierto soy Lincon.

🔘APARIENCIA DE AMORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora