19. Halcón contra León

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Siguieron frente a la tumba en silencio durante un buen rato.

—Tendrías que haberle pegado. —le dijo Arya a Artys con el ceño fruncido. —Habrías ganado.

—Habría perdido mucho más a la larga. —le contestó Myrcella aún cogida de la mano de Artys y con una entereza extraña para alguien de su edad en esa situación.

—Pero se habría llevado el susto de su vida y una nariz rota. —replicó la Stark.

— ¿Por qué no vais a por algo de comer? Os sentará bien. —sugirió de pronto Artys a los niños. —Dicen que la comida quita las penas.

— ¿No es el vino? —preguntó Arya.

—Sí, pero no pienso dejar un barril de vino a vuestro cargo. —trató de bromear para animarlos, y aunque levemente, Tommen cambió el gesto sombrío que llevaba acompañándole fervientemente durante tanto rato. De hecho, Tommen sugirió ir a por pasteles a la cocina, y junto con Arya caminaron hacia allí, el halcón logró alcanzar a oír como ella volvía a mencionar el modo en que Artys podría haberle dado una paliza a Joffrey. Tommen solo asintió sin llegar en ningún momento a dar su opinión sobre esa posibilidad.

— ¿No quieres ir con ellos? —le preguntó el Arryn a la princesa que seguía a su lado, agarrada a él. Myrcella negó.

—No me gusta cuando te enfadas. Tus ojos se vuelven fríos. Parecía que habías perdido toda compasión. —habló bastante afligida. Artys creyó que la visión de la joven Baratheon era exagerada. Probablemente, nunca había estado tan cerca de alguien con ira, y si el halcón se veía de la forma en la que se había sentido, la sensación para todo espectador debió haber sido horrible.

—Lo siento. No tienes que sentirte mal, ha sido algo temporal, intentaré que no vuelve a ocurrir. —Artys le sonrió y ella le devolvió la sonrisa.

—Tú no eres quien debería disculparse. Es injusto.

—Tienes razón, pero hay muchas cosas injustas, y no deberíamos culparnos por ello, especialmente si es ajeno a nosotros. —repitió algo similar a lo que Cersei le había dicho tiempo atrás en Invernalia cuando se sintió culpable de la caída de su primo, pero el joven no supo si había sido capaz de transmitir el mensaje del mismo modo en que lo había recibido, de hecho no estaba ni seguro de poder seguir sus propias palabras.

Fuera como fuera, Myrcella se tranquilizó y ambos volvieron al interior de la Fortaleza Roja. Pero, poco antes de entrar del todo, se toparon con Sansa, los miró con recelo y su gesto se torció al percatarse de que iban cogidos de la mano.

—Princesa. —la saludo sin mucha emoción para luego mirar a Artys, quien no se había dado cuenta de la reacción de la pelirroja ante su cercanía con la joven Baratheon. — ¿Qué ha pasado? —su tono mostraba un clarísimo enfado, por lo que el rubio le dijo a Myrcella que fuera con su hermano y que él los alcanzaría después.

Una vez solos, Sansa fue la primera en hablar.

— Arya me ha dicho que el príncipe Joffrey es malvado y que tú estás de acuerdo.

—Estoy de acuerdo. —dijo como si nada.

— ¿También quieres estropear mi boda? De ella me lo esperaría, esta celosa de que yo seré reina. ¿Pero tú? ¿Qué te ha hecho Joffrey para que te pongas en su contra?

—Ha repetido su hazaña de Dama pero esta vez con el gato de Tommen. —Artys no contestó muy tranquilo, el tono acusatorio de Sansa y su forma de hablarle le molestó enormemente.

—Lo de Dama... ¡Lo de Dama fue por culpa de Arya! Y seguro que lo del gato es por algo parecido.

— ¡Lo de Dama fue culpa de Joffrey!

El Halcón Dorado |GoT|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora