Temía desmayarme como siempre sucedía... pero pensar en eso solo empeoraba la situación. Ya me había decidido y nada lo iba a cambiar.
Me acerqué hasta donde estaban... Cuando Félix volteó, y me vió allí, palideció. Su cara estaba tiesa como una roca. Kira se limitó a decir "hola"... descaradamente.
-¿Cómo pudiste?.- dije no entendiendo el por qué.
-Miranda, lo siento...-
-No Félix... esto ha estado mal.-
-Lo sé, discúlpame.-
-¿Por qué? ¿Por qué lo has hecho? Contéstame.-
-Ella me ha besado...- decía Félix con la cabeza gacha.
-Eres un cobarde.- lo empujé hacía atrás y me fui caminando sola.
Cualquier chica esperaría que la siguieran. Pero no en mi caso. No quería saber nada con él.
Llegué a casa más rápido de lo normal. Estando enojada caminaba más rápido.
Al llegar, Nicholas vió que cerré la puerta con tanta fuerza, que hizo une estruendoso ruido al golpearse. Se acercó en su silla de ruedas hacia mi.
-Hola. ¿Qué ha sucedido?-
-Hola... No quiero hablar de eso ahora.
-¿Es Félix?.-
-Sí, lo es.-
-Lo siento. De veras...-
-Descuida... ya pasará.-
Me acerqué a la ventana de la sala, y observé como los autos pasaban... No quería pensar en nada de nada, mucho menos en Félix. Y no quería que Nicholas comenzara con un interrogatorio que no tendría fin.
-Miranda, puedes contarme si quieres.-
-¿Qué quieres que te diga? Vi a Félix y a su ex novia besándose. ¿Como crees que puedo estar?.- decirlo de una haría que no me preguntara tantas cosas.
-Ese cretino no se merece a alguien como tu.-
-En un punto... yo dejé que me besaras, Nicholas. Y si bien Félix no nos vio, lo supo. La diferencia es que... ¡El no se ha apartado!.- exclamé.
-Tampoco tu.- dijo serio.
Y eso me hizo pensar. Si bien hace unos días era consciente de ello, no había entrado en razones ahora. Nicholas me había besado. Kira había besado a Félix. Y ninguno de los dos nos habíamos apartado de ese beso imprevisto. ¿Por qué? ¿Cuál era la razón? ¿Por qué los besos que compartimos con otras personas no fueron simplemente los nuestros y de nadie más?