Ámbar ___ I

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Spreen se levantó un poco tarde como era su costumbre, cuando vives solo no es necesario las alarmas ni nada por el estilo, puedes simplemente desayunar a la hora que quieras y lo mejor de todo, lo que se te antoje.

Y como hoy, la mejor combinación para iniciar el día de Spreen es una Monster y unas deliciosas tostadas casi quemadas. Necesitaba toda la energía que pudiera ya que hoy tenia planeado salir con sus amigos a explorar unas dungeos nuevas que se habían habilitado, estaba emocionado, necesitaba más materiales, su intención era agrandar su negocio de comida y poner una nueva sucursal en algún sitio estratégico  su polleria estaba es su momento de auge y debe aprovechar.

Se cambió la pijama y como de costumbre se puso una camisa ligera amarilla, un pantalón negro, una botas largas y grandes para alivianar su paso por la mina y ese característico sombrero, suele llevarlo solo en ocaciones de negocios pero hoy probablemente haga sol, y como habían quedado a las 12 del medio día y recién eran las 10, pensó en algunas tareas domésticas pendientes que puede hacer para matar el tiempo, salió a su jardín para revisar que todo andara bien, tipo, por si alguien le puso alguna mina o la imagen de un pitote enorme afuera de su casa, y efectivamente, si había un baner de aproximadamente 14 bloques de longitud y encima tenía la foto de un hombre negro con la tanga abajo y el pene reluciente. Que manera de iniciar la mañana.

— ¿Qué? ¿Quien mierda me puso una poronga afuera de la casa? quien sea lo re cago a piñas.

Se acercó al cuadro y cuando lo rompió y lo agarró pudo ver el nombre del objeto y por supuesto a quien le pertenecía.

Cuadro
Quackity

De un momento a otro, la idea de moler a golpes al culpable ya no era tan tentadora y terminó esfumandoze de la mente de Spreen.

— Ya sabia que le gustaba la poronga pero no tiene que andar de aquí a allá gritándolo a los 4 vientos — Se aburrió, iba a guardar ese cuadro y algunas otras cosas para ordenar su inventario y alistar lo necesario.

Regresó al interior de su casa, abrio su puerta con código y se aproximó a una entrada oculta que tenia, su sala de cofres era subterránea, toda el área estaba reforzada para evitar robos, ahi tenía cosas muy valiosas.

Entró y echó una mirada a sus cofres, dejó el cuadro y otras cosas en su respectivo sitio y se dispuso a limpiar su mochila.

Piedras, madera, armas, armaduras, redstone, algunos diamantes y esmeraldas. Esto último iba en el cofre de piedras preciosas y lo acomodó con el resto, no es por presumir pero Spreen es considerado de los más ricos en todo el pueblo y un gran coleccionista de artilugios exuberantes.

Justo al lado de ese cofre había otro cofre más pequeño al cual, por alguna razón, le había puesto código, ahora no tenía nada para guardar en el pero de todas formas lo abrió para comprobar que este todo en su sitio, al abrirlo, su interior relucio con una luz naranjada brillante natural.

Hermosas piedras de citrino, topacio, ámbar, zafiros, gemas y algunos diamantes qué relucian, eran bastantes y lo que más resaltaba era el característico color amarillo en todo, amarillo como el color de su camisa, amarillo como el brillante sol, amarillo como los hermosos ojos de la gatita qué había adoptado recientemente, amarillo como los enormes girasoles qué tenía plantados en la entrada de su casa o como los tulipanes y rosas qué había en su jardín. Amarillo como las hermosas alas de los patitos que suelen nadar en la laguna que tenía cerca de su hogar, amarillas como las magestuosas alas de-

- Spreen ayudame cabron, no puedo frenar!! SPREEN!!

Estaba 6 metros bajo tierra y aun así escuchó los escandolosos gritos característicos de un mexicano salvaje, segundos después, su barra de notificaciónes se iluminó y ponía: Quackity ha caído desde muy alto.

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