Su mirada lacerante exponía mis más profundas debilidades, su ceño fruncido parecía desaprobar mi existencia ante sus palabras amenazadoras. "Como asesinos que somos, nos veremos en el infierno..." Luego mis ojos se nublaron ante las gotas de sudor que caían de su rostro, la sangre fría que quemaba en la punta de mis dedos y el gran vacío en mi pecho. ¿Verdaderamente me odiaba? ¿Nos veríamos en el infierno?
Recordé la voz de mi madre, su llanto herido bajo el sonido de la televisión transmitiendo algún programa nocturno. Fue la misma sensación que sentí en ese momento, al estar parado frente a la puerta de madera, sujetando mi peluche en mi mano izquierda y observando fijamente el reloj colgado en la pared. Mientras los lamentos se hacían cada vez más desesperanzadores.
-¡¿Qué haremos ahora?! ¡¿Por qué lo hiciste, Soichiro?! ¡Ahora eres un asesino!"-La voz de mi madre estaba quebrada en negación, sus reclamos no fueron respondidos.
Mi frágil entendimiento se quebrantaba con cada palabra que escuchaba perderse entre la voz de una presentadora de televisión. A tal punto de mi infancia, siendo hijo de un policía, comprendía muy bien el significado de aquel calificativo, pese a saber que escuchaba aquello con claridad, me rehusaba a creerlo. Simplemente me negaba a comprender que fuesen ciertas las palabras de mi madre.
Francamente no sé si hubiera sido mejor haber guardado mi creciente curiosidad, que me obligaba a intentar comprender aquellas palabras desesperanzadoras que escuchaba cada noche cuando mi hermana y yo, aparentemente, dormíamos. No obstante, ese rasgo distintivo de curiosidad tan solo trajo infortunio a mi vida. Yo amaba a mi padre, era mi referente, el objeto de mi confianza y admiración. Amar a mi padre, significaba amar a un asesino, al responsable de la muerte de un inocente.
Aquella noche fue aterradora, porque conocí los verdaderos monstruos. Descubrí que no eran los mismos que se mostraban con una apariencia siniestra, quienes mostraban su fealdad y cometían acciones descaradas. Los verdaderos monstruos, vivían en impunidad, siendo llamados buenas personas. Entendí finalmente que los monstruos, no solo están en las películas de terror, tampoco en los mitos que se cuentan, yo por ejemplo, conviví con uno durante mucho tiempo, comprobé que están también dentro de nuestra familia e incluso dentro de nosotros mismos...
Algo se derrumbó dentro de mi idilio inocente que se aferraba a la idea que tan solo escucharía unos tantos reclamos y algunas malas palabras. No solo fue la voz de mi padre cargada de inmisericordia.
-Saichiko... ¡Cállate ya, maldita sea! ¡Despertarás a los niños! Simplemente no todas las vidas valen lo mismo...-Mi padre estaba fuera de sí, su voz iracunda pronunciando tan viles palabras me dejaron perturbado. No podía creer que un buen ciudadano como mi padre estuviese revelando tan oscuros pensamientos.
-P-pero... ¿Qué te pasa?! ¡Era un niño, era inocente! ¡Pudo haber sido nuestro hijo!-Entonces escuché el chasquido retumbar entre la música comercial del televisor, el llanto de mi madre se acalló. Mi padre la había golpeado para que guardase silencio, no era la primera vez que lo hacía. Mis piernas temblaban y mi cabeza comenzaba a nublarse entre las cenizas de la gran inspiración que aquel hombre representó alguna vez para mí.
Años después, me enteré que durante esos años, la policía japonesa realizó un desalojo en las zonas de tolerancia, lugares donde abundaba la prostitución y la drogadicción. Aquello no fue un simple desalojo, fue una limpieza social donde niños, víctimas de un mundo enfermo, también pagaron con su vida. Fue un proyecto grande, liderado por mi padre.
¿Nos encontraríamos en el infierno, papá?
"Tu padre... Vive bajo su propio ideal de justicia, pertenece a esa clase de hombre cuyo pensamiento es el régimen a seguir... Aunque intenta ocultarlo bien, cree que sigue un estricto código moral, ignorando que únicamente sigue lo que él cree conveniente."
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His Name ☠ Death Note [LawLight] ✓Omegaverse
Fanfiction"Cuando miras fijamente al abismo, el abismo también mira dentro de ti." Pues el que lucha contra monstruos, debe tener cuidado de no resultar él un monstruo. Kira conoce bien lo que es observar profundamente en la oscuridad de una sociedad enferma...