— ¡PUTO DESPERTADOR!, ¡NO SONASTE! —le grité histérico a la pantalla de mi teléfono celular al ver la hora cuando me desperté de repente al caerme de la cama.
«Voy tarde, voy tarde, voy tarde»
Me repetía una y otra vez mientras tomaba una rápida ducha y salía disparado de la casa. Hice en diez minutos lo que me toma alrededor de media hora. Pero ese no es el punto. Llegué en tiempo récord a la casa de Nora y toqué el claxon una y otra vez , pero Nora no salió, así que supuse que mi amiga ya se había marchado, llegué aún más rápido a la escuela y me estacioné en el primer lugar libre que encontré. Atravesé los pasillos corriendo velozmente hasta llegar a mi salón de clases y abrí la puerta, para mi suerte, no había ningún profesor en la habitación, pero si había una bolsa sobre del escritorio. Me dirigí a mi asiento vacío y palidecí al ver a Nora y Ben, ambos mirándome fijamente, ocupé mi lugar en medio de ellos y me giré hacia Nora.— Hola —le dije a mi amiga mientras buscaba mi mochila... ¡JODER!. Olvidé la mochila en casa al salir tan apresuradamente. De todas las cosas estupidas que he hecho en estos dieciséis años, ésta lleva la delantera; hasta parece mentira que me haya dejado la mochila... «Patético», comentó aquella voz interior y me pregunto por qué no me recordó tomar mi mochila en lugar de estar burlándose de mí. «Así no tendría gracia», me contestó en un tono bastante cínico.
— Luces más horrible y descuidado de lo normal en el día de hoy —dijo Nora de manera desinteresada mientras se acomodaba su espesa y rizada cabellera roja —. ¿Qué coño te pasó?
— Se me hizo tarde.
— Eso es evidente —me respondió, sarcástica, me pregunto ¿Cómo habrá llegado ella aquí? —. Fue muy molesto tener que suplicarle a mamá que me trajera, estoy desesperada porque reparen mi auto de una puta vez —contestó como si hubiese leído mi mente.
— ¿Qué asignatura toca ahora? —pregunté —. He dejado la mochila.
Nora no pudo suprimir la gran carcajada que salió de su boca, y todos giraron hacia nosotros, con ellos incluído Ben, que nos miraba con el ceño fruncido y yo sólo le dí una sonrisa nerviosa mientras giraba mi dedo índice en círculos sobre mi sien, indicando que Nora estaba loca...
— No te burles —le dije en tono suplicante.
— ¿Cómo que no me burle? De todas las cosas idiotas que has hecho en todo este tiempo, que por cierto, han sido muchas... dejar la mochila ha sido la más absurda y patética —se burló —. ¿Dónde diablos tenías la cabeza?
No respondí, tuve la suficiente dignidad como para volver mi cabeza hacia otro lado e ignorarla. Mi amiga se pasará toda la vida recordándome esto, al igual que lo hace con lo de la vez que me embriagué un poco.
— Toca Historia —respondió al ver que la ignoraba.
Algunos instantes después entró una mujer de mediana edad, de cabellos rubios y cortos, que se veía muy estresada, como si algo le preocupase. Lo deduje por el ceño fruncido con el que entraba a clase. Rebuscó desesperadamente entre la pila de libros que se encontraban esparcidos sobre la mesa, cuando aparentemente encontró el libro deseado, se giró hacia nosotros y comenzó a hablar sobre La Segunda Guerra Mundial, sobre las causas de la misma y las enormes consecuencias negativas que ésta tuvo a nivel social, económico y político. A pesar de que la historia era una de mis materias favoritas, la monótona voz de la profesora, mezclado con el hecho de que aún tenía deseos de lanzarme a dormir sobre la mesa, hizo que la clase me pareciera aún más aburrida que la de Química. No me fue muy difícil distraerme con cualquier cosa a mi alrededor; inicié mirando desinteresadamente a través de la ventana y luego comencé a poner atención a los alumnos de mi clase, algunos ya los había visto, pero ninguno tenía nada en especial que me llamara la atención. Recordé que a mi lado sí se encontraba algo de interés, así que disimuladamente giré mi cuerpo y luego mi cabeza hacia Ben, que no se percató de ninguno de mis movimientos, pues se encontraba sumamente abstraído escuchando a la profesora. Volví a prestarle atención, pero rápidamente me distraje nuevamente «Al paso que voy, también reprobaré Historia» pensé.
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Otra Historia De Amor Gay.
RomanceUn joven de cuarto año. Un sexy chico hetero que llega a la escuela. ¿Se enamoran? Sí. Y más cosas que probablemente todos hemos leído ya en libros. O tal vez no. Averígualo! Lee OHAG YA! *tono de voz de publicidad*