Memories

Afuera llovía, todo el día ha estado así, parece que se caerá el cielo en cualquier momento. Recostado en la cama, viendo a través de la ventana los relámpagos que rugen pidiendo atención, los recuerdos de nuestro amor no dejan de surgir, recordé ese hermoso día que me entregue a ti por primera vez.

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Nos amábamos durante los

Días que estuvimos juntos. Nos hacíamos daño para hacerSentir el dolor propio al otro.¿En dónde estás? ¿Puedes escuchar mi voz? Mi corazón adolorido te está buscando Te llama con desesperación.

-Te amo- te recordé lo que sentía, estando sentados en la banca del parque que se encuentra justo frente mi casa, el viento cada vez se volvía más violento recordándonos que el invierno había llegado a nosotros una vez más.

Tus ojos miraban los míos, sin pronunciar palabra me tomaste del rostro y me besaste, caí en cuenta que tus besos son mi perdición, -Yo más- susurraste en mi oído.

Sin darnos cuenta la lluvia nos empapo de pies a cabeza en un segundo, o quizás más tiempo, no lo sé, cuando estaba a tu lado todo pasaba sin que yo pudiera darme cuenta. Tomaste mi mano, te levantaste é hiciste que te acompañara a la entrada de mi casa.

-Me voy, no quiero que te enfermes- dijiste para darte la vuelta e irte, suerte que no solté tu mano y jale de ti, estabas mojado de todo el cuerpo, tenías que secarte, si no el que se enfermaría serias tú.

-No te vayas, mis padres se quedaran toda la noche en casa en mi tía- intente hacerte entrar, pero tú no quisiste, ya desde hace un tiempo no podíamos controlarnos al estar solos y sabias lo que ocurriría si te quedabas. -Por favor- rogué como último recurso.

-Está bien- contentaste para hacerme feliz. Sabía que se te dificultaba negarme algo y esa era mi mejor arma. Te lleve hasta mi dormitorio, el cual se encontraba en la primer planta, entramos, las luces permanecieron apagadas, solo una pequeña lámpara alumbraba el cuarto, busque ropa que te quedara, a pesar de ser más alto que yo eres mucho más delgado, todo una escultura echa por dioses.

-Hae, si quieres que pase solo tienes que pedirlo- escuchando tus palabras salí del vestidor, amaba que supieras exactamente lo que deseaba, deje la playera y el pantalón que traía en las manos sobre una de las mesitas de noche.

Corazón, mis lágrimas y mis recuerdos de ti, caen en gotas, caen en gotas que golpean mi estropeado pecho. Lloro, y lloro pero los recuerdos no se borran y una vez más, inundan a mi vacío corazón.

-Solo quiero tener un recuerdo así contigo- te confesé ya estando a tu lado, un estruendo se hizo presente para hacernos saber que la lluvia había incrementado, tus brazos fuertes abrazaron mi cuerpo, sabias de sobra que odiaba los truenos, era algo infantil, pero no podía evitar tenerles pavor.

Una mano alzo mi rostro para fijarlo hacia el tuyo, -Estoy contigo, siempre lo estaré, que no se te olvide- pronunciaste esa hermosa mentira para hacerme sentir feliz, por lo menos en ese momento.

-Quiero hacer el amor contigo Hyuk- solo decir eso faltaba para que tus labios tocaran los míos, me besabas suavemente como queriendo que nunca acabara, tu lengua jugo con mis labios pidiendo permiso para conocer a fondo mi cavidad, acepte gustoso a tal pedido, amaba tu forma de llevarme al cielo en tan solo segundos, mis brazos no perdieron la oportunidad de acariciar esa fina cintura tuya.

Me deje caer en la cama y tú me seguiste colocándote sobre mí. Jamás había disfrutado tanto un día de lluvia como aquel, al tenerte sobre mí, mi cuerpo tembló no solo de frio, si no de nervios por lo que se vendría, sin perder el contacto visual sobre mí, delicadamente quitaste la camiseta que llevaba puesta.