La mañana siguiente, Emily se despertó temprano para ir al estudio de ballet. Después de la sesión de ayer, estaba ansiosa por volver a bailar. Al llegar al estudio, se encontró con David, que estaba esperando afuera.
"¡Hola, Emily! ¿Cómo estás?" Saludó David con una sonrisa.
"¡Hola, David! Estoy bien, gracias. ¿Y tú?" Respondió Emily.
"Estoy bien, gracias. ¿Te importaría si me uno a tu clase de hoy? Me encantaría ver cómo bailas", preguntó David con entusiasmo.
"¡Por supuesto que no! Sería genial tenerte allí", respondió Emily.
Así que David se unió a la clase de Emily y se sentó en la parte posterior del estudio para observar. Emily estaba nerviosa por tenerlo allí, pero también se sentía feliz de tener su apoyo.
La clase comenzó y Emily se concentró en su técnica y en la música. A medida que avanzaba la clase, notó que David estaba cada vez más impresionado con su habilidad para bailar. Después de la clase, David se acercó a ella.
"¡Eso fue increíble, Emily! Nunca había visto bailar así a alguien en vivo. Eres una verdadera artista", dijo David con una sonrisa.
"¡Gracias, David! Significa mucho para mí que lo hayas disfrutado", respondió Emily, sonrojada por los elogios.
"De hecho, me encantó tanto que tengo una idea. ¿Te gustaría bailar en una gala que estoy organizando para recaudar fondos para el departamento de bomberos?" preguntó David con entusiasmo.
"¡Eso suena increíble! Me encantaría hacerlo", respondió Emily emocionada.
Así comenzaron los ensayos para la gala, y Emily y David se reencontraron en el estudio de ballet varias veces a la semana. Durante los ensayos, pasaban mucho tiempo juntos y se conocían cada vez más. Emily se sorprendió al descubrir que David no era solo un bombero apasionado, sino también un apasionado de la danza. A menudo le pedía a Emily que le enseñara pasos de baile, y ella se sorprendía de lo bien que se movía.
Un día, después de un ensayo particularmente largo, David invitó a Emily a tomar una copa en un bar cercano. Emily estaba un poco nerviosa, pero aceptó. Mientras estaban en el bar, hablaron de todo, desde la danza hasta la vida en general. Emily se sorprendió de lo fácil que era hablar con David y de lo mucho que disfrutaba de su compañía.
Finalmente, llegó el día de la gala. Emily estaba nerviosa por actuar frente a una audiencia tan grande, pero sabía que David estaría allí para apoyarla. Cuando salió al escenario, la música comenzó y Emily comenzó a bailar. A medida que avanzaba la actuación, se sintió cada vez más confiada y conectada con la música.
Después de la actuación, David la felicitó y le dio un abrazo cálido. "¡Eso fue increíble, Emily! Estoy muy orgulloso de ti", dijo con una sonrisa.
ESTÁS LEYENDO
Unidos por la danza
RomanceAlexis y Miguel siempre habían tenido un gran talento para la danza. Habían pasado años compitiendo y actuando en escenarios de todo el mundo, soñando con un día encontrarse en el mismo escenario y bailar juntos. Pero nunca habían tenido la oportun...