De besos fugaces y miradas efímeras, tanteando la distancia entre su piel y la mía, acallando el ruido del misterio que envolvía su silencio, que me dejaba ingresar sin objeción alguna a su paraíso personal, al oscuro halo que envolvía su presencia y que me daba la sensación de presenciar un aura de perfección virginal. Haciéndome sentir parte de su preciada soledad, aquella soledad tan abrasadora y misteriosa, que le encerraba en un espacio diferente al que conocemos los seres terrenales. Provocando que la posibilidad de acercarme a él me fuese cada vez más distante e inalcanzable. Mostrándome que, al fin y al cabo, tener derecho a su cuerpo era el máximo logro que podría experimentar mientras viviese. Aún me preguntaba, ¿Qué había hecho yo para ser meritorio de su entrega incondicional, de permitirme experimentar un poco de su turbulento y obscuro mundo?Para mí , su enigmático engranaje mental trastornaba mi razón al punto de convertirse en una irresistible atracción inexplicable, que me convertía en un extasiado espectador de sus ocelos lacrimosos, brillantes al reflejar mi rostro consumido por el gran placer que me proporcionaban sus peticiones afrodisiacas, entre gemidos impúdicos que me exigían con descaro convertir mi devoción hacia su figura en el objeto de mis más bajas fantasías, era todo aquello el sublime resplandor que podía convertir a un hombre en Dios.
Luego de absorber por completo la vibrante llama que encendía en lo más profundo de mis deseos, al verle abrirse tal flor naciente en primavera. Volvía a cerrarse, me abandonaba cruelmente en mis delirios de amor, dejándome confundido por su rechazo.
Una noche interminable, de esas en las que disfrutábamos aquel pequeño secreto tan bien guardado entre los dos, desperté confundido entre la oscuridad de nuestra habitación, descubriendo la sorpresa de su ausencia, sintiendo su pequeña traición, que consistía en encadenarme a uno de los soportes de la cama.
Intenté comprender su extraño actuar, era como si buscase poner en la balanza un poco de sufrimiento para compensar la frenética pasión que desbordaba en mí, obligándome a sentir el frío de su ausencia y a dar vueltas en la cama vacía, sin cesar, durante horas.Empujando mi mente a entregarme a la imaginación, observando en la oscuridad diferentes escenarios, donde interrogaba sus acciones y él eludía mis preguntas de diferentes formas, cada vez más creativas. El tiempo restante, lo dedicaba a guardar el rencor que esperaba a su regreso, queriendo cubrir mi ego herido con un poco de resentimiento. Tal vez, por la ineludible certeza de que L parecía conocer cada porción de mi ser, en cambio, yo no conocía en absoluto al protagonista de mis pensamientos.
Al ver la aurora de la mañana, volví a sentir su aroma, acercándose con tal sigilo que me era imposible percibir sus pasos, por más que hiciese un esfuerzo sobrehumano para agudizar mi audición. Con sus dedos ágiles y una cautela implacable, en tan solo un movimiento disponía su esposa en su muñeca, para recostarse al lado mío, sin mencionar una palabra. Mientras tanto, yo fingía no enterarme de nada, esperando que, tal vez, por si mismo me diera una explicación o se dignara a disculparse. Situación alejada de la realidad, puesto que su personalidad no le permitía actuar más allá del desdén y la indiferencia. Al regresar, mi actuar quedó paralizado, pues suponía que cualquier reclamo que pudiese hacerle sería impertinente y tan solo quedaría como un tonto frente a L.
Para entonces, mis sentidos ya se encontraban alerta, lo que me permitía percibir claramente los espasmos que sufría en su cuerpo, que se encontraba tenso bajo un temblor casi imperceptible que azotaba sus extremidades. Se abrazaba a sí mismo mientras me daba la espalda, como intentando contener un turbulento descenso hacia la desesperación, que se reproducía en un silencioso llanto que exigía a gritos un poco de clemencia.
A mí me embargaba la incertidumbre y la confusión. Derrumbaba mi hipótesis inicial que me hacía verle como un joven burlón que disfrutaría de lastimarme al saber la influencia que su actuar tenía en mí. No obstante, me era imposible no sentirme desarmado por completo, vencido por la preocupación y la desesperanza que reflejaba su vulnerabilidad. En aquellos momentos, pensaba que podía ver más allá de la fuerte coraza de hierro que envolvía sus pensamientos, descubriendo que tal vez se sentía culpable, frágil e indefenso ante las circunstancias que amenazaban su vida. Sentía pena por su estilo de vida, tan decadente y solitaria.
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His Name ☠ Death Note [LawLight] ✓Omegaverse
Fanfiction"Cuando miras fijamente al abismo, el abismo también mira dentro de ti." Pues el que lucha contra monstruos, debe tener cuidado de no resultar él un monstruo. Kira conoce bien lo que es observar profundamente en la oscuridad de una sociedad enferma...