No ocurrió nada, no hubieron alas brillantes en su espalda, no hubo un aumento en su fuerza. Simplemente la calidez del chico y nada más, pero incluso así lo disfrutó.
Un tierno beso que llegó a su fin tras algunos segundos que ambos disfrutaron. Los ojos azules del chico se abrieron y la miraron con detalle, cada facción de la chica, sus ojos, su menton, nariz y boca.
Su olor era dulce, era agradable para Naruto. El normalmente rostro inexpresivo de la chica tenía un pequeño rubor, pero a la vez una deje de desilusión.
Aquello le confundió, parece que esperaba otra cosa siendo que para él habia sido uno de los momentos más bellos de su vida.
-¿E... estás bien? -fue lo único que pudo preguntar el Uzumaki con preocupación.
Ella lo miró y sonrió levemente asintiendo aliviando un poco al chico.
Finalmente se detuvieron sobre uno de aquellos grandes edificios. Naruto por fin se bajó de los brazos de la muchacha y se asomó a ver la altura.
-Es realmente alto y nos alejamos bastante de ellas, no creo que nos alcancen -murmuró el rubio con alivio girándose para ver a Akitsu- Tu... no tienes donde quedarte, ¿verdad? -preguntó a lo que tuvo una negativa de la muchacha.
Suspiró y pensó unos segundos por la decisión que tomaría. Sus zafiros ojos se posaron en ella y al instante lo decidió.
-¿Quieres quedarte conmigo? Al menos por un tiempo y...y si no te molesta -murmuró desviando su mirada con un pequeño rubor.
La pregunta asombró a la castaña, él no tenía responsabilidad alguna con ella, no pudo recibir sus alas, aún así él...
Temía aceptar ya que esas dos no iban a parar de buscarla, al menos hasta que Minaka se canse o simplemente la deje estar, eso esperaba ella al menos.
Además ahora consideraban a Naruto un objetivo por culpa suya, en todo caso la persona que tenía la responsabilidad ahora era ella.
-Muchas gracias -dio una pequeña reverencia.
No negaría que la idea de estar cerca del rubio le agradaba bastante, un capricho suyo quizás.
-Bi...bien, digo ¡bien! -hablaba el Uzumaki girándose rápidamente para ocultar su sonrojo y alegría- Te advierto que el lugar donde vivo es un desastre -dijo algo divertido.
-No es ningún problema, me basta con estar cerca tuyo -habló la chica con total honestidad, aunque el rubio lo tomó de otra forma.
"Glup"
-Debemos ver como bajar de este lugar, nos alejamos bastante de mi casa -murmuró a lo que nuevamente fue cargado por Akitsu para su vergüenza.
-Guiame -le dijo a lo que Naruto simplemente asintió muy nervioso.
-Ha...hacia allá -señaló y casi al instante la mujer dio un gran salto.
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Un pálido Naruto salía de un callejón seguido de una serena Akitsu que miraba los alrededores con curiosidad, parecía un barrio bajo.
-Sígueme -le dijo el rubio comenzando a caminar y ella simplemente lo obedeció.
Ambos avanzaron en su camino hasta llegar a un pequeño edificio de no más de 3 pisos, ingresaron por la puerta, en la recepción no había nadie para la suerte del Uzumaki, subieron unas escaleras que rechinaban a cada pisada.
Akitsu pudo notar que llegaron hasta el último piso de la construcción. Un pasillo alumbrado con unos cuantos focos apenas funcionales fue lo que notó.