Mundo en Ruinas (Domadores De Bestias)

Dia 1: The beginning of the end ( parte 1 )

Hola antes que nada quiero aclarar una cosas cada parte serán de 3 hojas okey y bueno espero que les gusten la modificaciones

Dia 1: The beginning of the end

En la oscuridad más densa, luz brillante,
caen las estrellas, hermosas llamas vivas.
La guerra arde, la gran ofensa aún distante,
ignorando lo que pronto nos priva.

La última noche se aproxima sin aviso,
sin saber que es la última en la historia.
El cambio es inevitable, sin compromiso,
nunca volverá el mundo a su memoria.

En una mañana en la que la lluvia hacía su aparición desde el firmamento nublado, yacía un joven en las orillas de un río: herido, sangrando y llorando en un silencio sepulcral. De fondo se escuchaba el feroz rugido de una bestia alejándose en el bosque, siendo la misma bestia que le quitó todo y a todos aquellos que él quería. Así, el joven cerró los ojos con fuerza y apretó el collar contra su pecho, recordando las palabras de su hermana: 'recuerda yo , siempre estaré contigo'. Las lágrimas resbalaron por sus mejillas y él susurró: 'Lo siento, hermana', siendo esto lo único que le quedaba de ella. Recordando cómo perdió todo en un solo día.

Hace veinticuatro horas, en una casa en las afueras de la ciudad, el aroma del café recién hecho y un delicioso desayuno llenaban la estancia principal. La madre de la familia, una mujer cariñosa y trabajadora, había preparado todo con anticipación para dar inicio a las vacaciones familiares. Las maletas estaban empacadas y las provisiones listas para el viaje al campo.

Mientras tanto, en la habitación del segundo piso, un joven soñaba despierto mientras observaba el cielo azul a través de la ventana. De repente, el sonido estridente del despertador lo sacó de sus pensamientos y lo obligó a despertar. Al principio, se resistió a levantarse de la cama, pero después de unos minutos decidió que no podía perder un segundo más de su día libre.

Entonces, decidió tomar acción y gritó a todo pulmón: "¡Ya es hora de levantarse, hermanos!" Quería asegurarse de que todos estuvieran despiertos y listos para empezar el día juntos. Con su espíritu lleno de energía y entusiasmo, corrió alegremente por el pasillo tocando una puerta y exclamando: "Ángela, despierta, ¡hoy empiezan nuestras vacaciones y quiero ir a ver las estrellas!".

Dentro de la habitación, una joven de 19 años estaba acurrucada entre las sábanas, apenas abriendo un ojo al escuchar a su hermano mayor, David, gritar emocionado. Ella escuchó atentamente y, al darse cuenta de lo que él había dicho, saltó de la cama como si fuera impulsada por un resorte y comenzó a vestirse rápidamente. Con su mente acelerada por la emoción de las vacaciones, no se detuvo a pensar en la posibilidad de estar demasiado temprano para estar despierta. En su afán por estar lista, abrió la puerta de golpe, golpeando a su hermano en la nariz.

A pesar del golpe, David no pudo evitar sonreír al ver a su hermana menor tan emocionada. Él sabía que las vacaciones significaban todo para ella, un respiro de la universidad y un momento para relajarse y disfrutar. Con una sonrisa burlona en su rostro, Ángela se burló de él y dijo: "Por fin acabaron las clases, ya no tengo que lidiar con la universidad. Podemos ir a la playa o a una casa en el campo, siempre y cuando no esté cerca del bosque, ¡los bichos dan asco!".

Al darse cuenta de que había golpeado accidentalmente a su hermano, Ángela se disculpó rápidamente y se sintió un poco apenada. En ese momento, otra puerta se abrió y apareció el hermano mayor de ellos, Jhon. A sus 27 años, Jhon podría ser considerado una persona espléndida. Era fuerte e inteligente, ya estaba vestido y poseía unos lentes que le hacían lucir como un líder. "¿Tanto bullicio tan temprano? ¿Ustedes no duermen o qué? ¿No tienen clases o qué?", preguntó Jhon.

Los dos hermanos le dijeron al unísono: "Jhon, ya comenzaron las vacaciones". Jhon sonrió y dijo: "Bueno, entonces ¿qué hacemos aquí perdiendo el tiempo? Bajen a desayunar, no tenemos tiempo que perder. Tenemos que recoger al abuelo en el centro de Silvania, y esa ciudad queda por una carretera donde hay muchos atascos. Así que, apúrense, bajemos a desayunar".

Los hermanos menores le dijeron "okey", pero David, el hermano mayor, agregó: "¿Por qué tengo que hacerte caso si yo ya tengo 24?". Jhon le dijo con firmeza: "Porque aunque tengas 24 años, todavía eres mi hermano menor y necesitas mi ayuda". David sonrió y bajó corriendo a la cocina, sintiéndose agradecido de tener un hermano como Jhon que siempre lo guiaba en la dirección correcta. En el comedor, la madre anunció con una sonrisa: "Ya bajé para desayunar". Antes de poder terminar la frase, se percató de que sus tres hijos, vestidos y emocionados, estaban descendiendo la escalera alegremente. Los abrazó a los tres y les dijo: "Mis queridos hijos, los amo mucho, ya están grandes". La felicidad maternal se reflejaba en sus palabras.

Sin embargo, el momento fue interrumpido por la llegada del padre, un hombre de apariencia protectora y fuerte, quien les dijo con urgencia: "¡Apúrense, vamos tarde!". La madre respondió: "Juan, siempre eres así. ¿No ves que nuestros hijos ya son mayores?". Pero Juan, un tanto burlón, le contestó: "Sí, Ana, pero no veo por qué abrazarlos cada vez que bajan a desayunar".

Ana, molesta con la actitud de su esposo, le replicó: "No me amargues el día. Mejor termina de comer antes de que te eche algo en el plato, hombre". Luego, recordó que habían pasado tres años desde su última salida de vacaciones y se dirigió a sus hijos: "Espero que ya hayan organizado sus cosas para irnos".

David y Ángela se quedaron en silencio, mientras que Jhon dijo con seguridad: "Yo ya lo hice, pero dudo que mis hermanos lo hayan hecho". Los hermanos intentaron decir algo, pero no pudieron hacerlo. En cambio, tomaron su desayuno y comenzaron a comer mientras corrían a sus habitaciones para preparar sus maletas. David estaba acomodando varias cosas, incluyendo su equipo de trabajo y su ropa, cuando accidentalmente colocó un teiser en el montón. Mientras tanto, Ángela estaba indecisa acerca de qué cosas acomodar. "Solo tengo que acomodar cosas importantes", pensó ella, pero luego se dio cuenta de que todo lo que tenía era importante. Entonces vio una mochila de excursionismo y decidió poner todo allí.

Sin embargo, la tardanza de Ángela hizo que fuera la última en terminar de prepararse. Todos los demás ya estaban afuera en el auto. Así que ella bajó corriendo. Pero mientras descendía, notó el collar de su hermano David, que su padre le había regalado en su cumpleaños. Ángela lo agarró y dijo: "A mí me queda mejor".

Antes de entrar al auto, David le dio un abrazo y le agradeció en tono de broma. La hermana se sorprendió, pero luego lo miró con una expresión cómplice, como si hubiera sido engañada. Cuando se dio cuenta de que tenía el collar en la mano, dijo: "Creo que esto es mío, así que me lo voy a poner". Ángela respondió: "A mí me queda mejor". David insistió en que era suyo, pero antes de que pudieran pelear por el collar, Juan intervino y les dijo que subieran al auto o los dejaría atrás.

Los hermanos subieron al auto rápidamente, aún riéndose por la escena que habían protagonizado. Ana los miró y comenzó a reír también, mientras que Jhon y Juan suspiraron aliviados por lo divertido que resultó todo. después de eso Juan dijo bueno ya no más tiempo que perder encendió el auto y piso el pedal a lo máximo que daba llegando rápidamente a la carretera que conectaban las 2 ciudades cuando Juan freno de golpe  se encontrarom con un atasco. Todos los integrantes de la familia suspiraron de queja porque se habían tardar demasiado y habían llegado justo el momento en el tráfico estaba mayor todavía eran las 10 de la mañana el tráfico era brutal avanzaban lentamente aunque al menos no eran tan bullicioso como solía ser los hermanos aburridos comenzaron a hablar sobre las vacaciones el lugar donde les hubiera querido pasar las vacaciones
"Imagínense estar en lo alto de la montaña, rodeados de estrellas. ¡Sería increíble!" suspiró David, mientras apoyaba la cabeza en la ventana. "Solo espero que papá no vuelva a perderse, ¿verdad mamá?"

Juan soltó una risita. "Bueno, es su culpa por dejarme solo en medio del camino sin el mapa." La familia se rió un poco y luego Juan hizo un comentario acerca de que a David le gustaban las estrellas y las zonas altas. "Ángela, ¿dónde te gustaría pasar las vacaciones?" preguntó.

"A mí me parece buena idea, pero prefiero algo más tranquilo, tal vez una cabaña cerca del lago", respondió Ángela sonriendo. "¿Y tú, John?" preguntó ella.

"Yo solo quiero estar en paz, donde sea", contestó John, el hermano mayor.

David hizo una mueca burlona a John y estaba a punto de responder, cuando un ruido ensordecedor cortó el aire. Todos se quedaron en silencio, asustados, hasta que Juan abrió la puerta del auto y salió para investigar. Ana trató de detenerlo, pero ya estaba afuera, avanzando hacia la fuente del ruido.
- "Papá, ¿qué pasa?", gritó Ángela, preocupada,

ASTA AQUI LA PRIMERA PARTE DE 2