En la oscuridad de la noche, ella teme,
Su corazón late fuerte, su cuerpo se estremece,
La luz de la luna se desvanece, se apaga,
Mientras su novio, con su mirada la acecha.
Era dulce al principio, le hacía reír,
Pero algo cambió, no puede fingir,
Sus palabras ahora son afiladas como un puñal,
Y su amor se ha vuelto en un oscuro vendaval.
Antes la abrazaba con ternura y amor,
Ahora su presencia le causa temor,
Sus ojos una vez llenos de calma,
Ahora la atormentan con su mirada que la desarma.
Las palabras hirientes, los gestos bruscos,
El miedo crece, como espinas en su pecho lúgubre,
Su corazón atrapado en un torbellino,
La confianza rota, su alegría en ruinas.
Se siente atrapada en una jaula de cristal,
En la que su novio la tiene en su total control,
El amor que una vez sintió, se ha convertido en horror,
Y ahora solo espera el momento de su salvación.
Los días pasan, las noches son largas,
La angustia la abraza como sombras amargas,
Pero un día toma valor y decide escapar,
De aquel novio que la hizo llorar.
Rompe las cadenas, se libera del miedo,
Recupera su fuerza, su valor y su anhelo,
Se aleja decidida, con paso firme,
Dejando atrás ese oscuro abismo.
Ahora su corazón late de nuevo,
Con esperanza y libertad que no tiene precio,
Aprendió que el amor no es control ni temor,
Sino un sentimiento puro, lleno de ardor.
Así que sigue adelante, con la cabeza en alto,
Saboreando la vida, sin miedo al asalto,
Porque ha aprendido que merece un amor real,
Sin terror, sin temores, solo amor en total.