UN ENCUENTRO PERDIDO

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"Los sueños son un sutil don

que nos vuelve ricos por una hora

luego nos arrojan a pobres"

-Emily Dickinson

En la noche mi mano sostenía un paño perfumado con cloro y detergente sintético para poder limpiar la mesa.

El jefe me dice que vaya atrás del edificio; dice que hay dos clientes que no le han anotado la orden. Al entrar y dirigirme hacia las mesas, veo como se levantan dos chicas. De la nada siento como dos pétalos rozan mis labios. Hotel "moderniste"; la mujer del vestido rojo; el niño, el arma, estoy solo y tengo hambre.

Amanece.

Me Levante de nuevo. En una mañana, de un extraño clima entre las tinieblas y el sol. Con cambios constantes entre un cielo azul y por nublados grisáceos. Me pongo en el umbral de mi ventana saboreando la nicotina matutina de las 11. Veo a la gente pasar, imagino la lluvia caer, las gotas melancólicamente que hace recordar a los días de secundaria. Que, aunque solitarios daban la sensación de haber experimentado cada emoción de vida; aunque no haya historia o argumentos que lo comprueben. Pero si hacemos un breve análisis nos damos cuenta que no era más que solo pasear por las calles, escuchando música de bandas jóvenes que nadie conoce, y paseos en bicicleta. Hasta ahora no he hecho nada con mi vida, solo inyectarme las venas para por lo menos sentir algo más emocionante. Me considero una persona tímida y poco sociable. Siempre hago creer a la gente que hago cosas más importantes, pero en realidad no es así. Ni yo sé qué hacer con mi vida. No me gusta la idea de ser un juez, pero al momento de ser juzgado hace pensar que todo da igual. Mi pereza es tan gran grande como los edificios en esta ciudad y mis bolas están al aire.

Trabajo en un restaurante que está cerca del centro; se llama "La seine". Mi jefe es Héctor un hombre obeso ya grande de edad, tiene una barba y usa gafas. Mi turno es por las noches salgo por allí de las 2 de la mañana. Estoy encargado de hacer los cafés y los tés. Soy tan malo haciendo los cafés que ni siquiera sé porque no me han despedido. Somos muchos en el restaurante, cada grupo en diversas áreas tiene sus quehaceres, pero los único con los que llevo en el restaurante son Joel y su primo Cornelio. Joel es alto y tiene el cabello un poco largo, robusto y de piel clara. Tiene la meta de viajar a China este año. Tal vez logre conseguir casarse con una chinita que le haga la comida o el amor, pero en mi opinión personal no es país que me gustaría viajar, digamos que los residentes de su destino no saben lidiar con extranjeros correctamente, aun no lo saben. Cornelio es alto y delgado, su nariz es tan grande que le hacemos burlas constantes sobre que es de Buenos aires, está estudiando; es joven recién salió del bachiller, ahora está estudiando su carrera de criminología; está enfocándose mucho en su escuela y en el trabajo. Él es quien me consigue la droga, a veces él y yo nos fumamos unos pequeños porros antes de ir a trabajar. Hasta el momento solo nos han llamado la atención como 2 veces. ¿Yo?; yo solo trabajo, ya llevan dos años que no he estado estudiando. La verdad no sé qué hacer con mi vida, esto irrita un poco a mis padres, pero en lo personal da igual. Bueno estoy pensando seriamente dedicarme a la pintura, pero en este país que llamamos México; ¿quién necesita un pintor?, tenemos ingenieros, contadores, licenciados, doctores. Un pintor que puede hacer para hacer planos de un terreno donde en medio se encuentra un ecosistema de cerros, un Pintor no puede calcular el porcentaje del Iva promedio a nivel estatal, un pintor tampoco es capaz de hacer un trasplante de riñón. En México no se necesita ser artista, el arte o la dedicación completo es transformado en pasatiempo de los llamados "Mexicanos Blancos". Es la primera regla del arte. En mis días de descansos, casi no hago mucho siempre busco con quien salir ya sea que acaba en charlas nocturnas de intoxicación, aunque siempre trato de limitarme. En los días de mi descanso me gusta estar en lo alto del campanario de la iglesia, y ver a las personas desde una gran altura. A veces quisiera estar en otro sitio escaparme como el humo de un cigarro y desaparecer en el viento y que de alguna manera me vaya a las nubes. Pero estoy aquí, aquí me tienes acomodando carteles.

Un Encuentro PerdidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora