Las dulces marcas del pecado

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||Narra Estados Unidos

Desperté con una suave sensación de cansancio en mi cuerpo, una pesadez y resaca tan agotadora que a penas lograba poder abrir mis celestinos ojos.

Mi alarma resonaba como todas las mañanas, y como siempre, yo inevitablemente me despertaba ante el eminente escándalo que esta armaba en mi habitación.

Cada vez que despertaba el único que yacía entre las sábanas junto a mi solía ser China, pues Rusia se despertaba primero ya que solía trotar temprano por la mañana...Sin embargo, hoy parecía ser notablemente diferente.

— What the hell... - Susurre entre dientes al notar que estaba entre dos chicos que parecían imaginar que yo era una almohada u algún tipo de juguete anti estrés.

Las frías manos del Ruso estaban atrapadas entre mis muslos, como si buscarán calor en mi piel más que en la sabana, mientras que los brazos del asiático se ubicaban sosteniendo mi torso. China se encontraba a mi izquierda y Rusia a la derecha, mientras yo estaba allí...atrapado de manera injusta entre aquellos dos

Podía percibir el suave aliento y respirar de estos dos chocar y rozar de manera cosquilleante contra mi piel, pues sus rostros estaban girados hacia a mi y apoyados entre mi cuello y hombros.

— Japón...~ - Escuche decir por parte de China, quien parecía acercar sus labios a mi cuello y sus manos apretar con fiereza mis caderas.

— C-carajo, como puedes hacer esto estando dormido? Maldito...! - Susurre, intentando alejarme como podía.

Pronto sentí un fuerte bulto punzante contra mi, miré con lentitud hacia abajo, notando que efectivamente aquel asiático parecía tener una ereccion y además de eso...un sueño erotico con aquel tal "Japón"

— Wa-Wait...China, China wake up, wait wait wait, I-I'm n...not Japan [ E-espera...China, China despierta, Espera espera espera, Y-yo...n...No soy Japón ] - Sentía como el lamia suavemente mi cuello con su fría lengua, dejando un dulce rastro de humedad en mi cuello y una sensación de escalofrío en mi cuerpo.

El no se detenía, acaso estaba tan dormido que intentaba hacerme lo que hacía en su sueño con Japón? No lo sabía, pero sinceramente, era mejor no saberlo.

Por alguna razón cada que pasaba sus labios contra mi cuello sentía una sensación de ardor en la zona, como si tuviera picaduras o marcas recientes allí...Era tan torturador, sin embargo, a la vez me sentía ciertamente embriagado ante tantos dulces y obscenos toques de su parte, además del mareo que me cargaba por la resaca.

Sentí como finalmente fui desprendido fuera de esas manos y esos labios ajenos que parecían recorrerme con una hambruna de lujuria inquebrantable, sin embargo, no fue gracias a mi, pues no tenía la fuerza para salir de aquellos peligrosos brazos.

— ...Estas bien? - Pregunto el ruso, sintiendo como este me había arrastrado con sus brazos hasta apegarme a su cuerpo y alejarme de aquel Chino.

Me tense al oír su voz, además de sentir sus brazos alrededor de mi cuerpo para mantenerme a una considerable distancia de aquel asiático.

— Ah...Yo, si...Gracias pero podía librarme solo - Dije con la voz un poco ronca por el vino que había tomado anoche.

— Pide ayuda si lo necesitas, por lo que veo...no tienes la fuerza suficiente ni para huir de mis brazos ahora mismo - Dijo el, con esa sensación de superioridad que supone que debería tener yo, Estados Unidos.

— Quien dijo que no puedo? Eres idiota?  - Dije tosco, lo empuje ligeramente, sin embargo era cierto lo que decía, no conseguía la fuerza para librarme de su agarre y ese agarre que nos mantenía a escasos centímetros del uno del otro.

Mi desastroso triangulo amoroso [CH]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora