¿Quien es?...-Dabihawks

Salvación

Este tipo estaba loco.

-Déjenme ir... -lloriqueo Keigo.

Los alfas rieron, burlándose de él.

-Vamos cariño, de todas formas te gustará, ya veras. -sonrió de lado el otro Alfa, manoseandolo de una forma tan asquerosa. Todo le daba asco, solo asco.

Cerró los ojos y comenzó comenzó quejarse, le habían agarrado la muñeca muy fuerte, le dolía...

Terror, eso era lo que sentía en ese momento, terror a lo que le llegarán a hacer. Intento zafarse del agarre del otro Alfa presente, pero no podía, eran demasiado fuertes

De pronto un golpe abrió la puerta, no podía ver quien era, su vista estaba nublada y sentía que en cualquier momento se desmayaria, Maldición ¿por qué diablos tenía que ser tan débil?
Keigo volteo el rostro con la poca fuerza que tenia y pudo a ver a un hombre parado frente a la puerta derrumbada, tenía ¿cabellera blanca?, Albino... se le hacia familiar, pero no, no podría ser.

¿Quien es?...

Sintio como se nublaba la vista y a cerrar los ojos, se desmayo, no cayo al suelo ya que el otro Alfa lo tenía agarrado fuertemente del cabello. Lo último que pudo ver el omega antes de desmayarse fue esa figura acercándose rápidamente.

[•••]

Despertó, había pasado entre unas dos o tres horas desmayado, todo era tan confuso..., sus ojos estaba entrecerrados intentando descubrir en donde estaba. El lugar era demasiado elegante y espacioso, lentamente se sentó en la cama con la mirada baja

¿En donde estoy?... pensó el

-Al fin despiertas.

Con los ojos bien abiertos, le empezó a latir nuevamente rápido el corazón y buscando con la mirada quien lo había llamado lo vio. Vio a un Alfa al parecer, demasiado alto y cabellera blanca de nuevo, vio sus ojos azules y comenzó a enfocar la vista mejor, era...

-¡S-señor Touya!... -Dijo sorprendido.

¿De verdad era el?..., comenzó a restregar los ojos con la mano para verlo nuevamente. Si, era el...

-Sin gritar, recuestate, necesitas descansar. -dejo el té que estaba tomando y lo miro fijamente a los ojos

Obedeció a la orden, se recostó en el respaldo de la cama, y lo volvió a mirar abriendo la boca para decir algo, pero la cerró. Estaba tan confundo y sorprendido a la vez, no preguntó donde estaba por qué, era muy obvio. Estaba en su casa...

-¿Señor, Como me encontró?.. -Pregunto.

Tardo un poco en responder

-Estabas demorando demasiado y decidí ir a buscarte, mientras caminaba escuche gritos y más gritos, la puerta estaba con llave y no tuve más opción que derribarla, después, te vi allí con... -se detuvo- con esos alfas -soltó la palabra con algo de amargura en ella y suspiro pesadamente.

-Y-ya veo, señor Touya, esos alfas ¿no... -a lo último fue interrumpido.

-No te preocupes, ya me hice cargo del asunto... -afilo la mirada y la desvío

-Puedes llamarme Touya, no es necesario el "señor".

Asintió levemente y callo. Realmente estaba aliviado, llego en un momento justo, si se hubiera tardado al menos unos diez minutos o tal vez cinco, ya hubiera sido completamente violado..., un escalofríos le recorrió por la espalda de tan solo pensarlo. Trago duro y sacudió su cabeza, no quería pensar más en ello pero, era inevitable.

Vio como el Albino se paraba de él asiento al lado de la cama, viéndolo desde arriba.

-Te dejare solo, estaré abajo por si me necesitas.

Fue caminando hacia la gran puerta en frente de él y la abrió para después cerrarla, saliendo de la recamara.

Keigo se quedó unos segundos mirando a la puerta, pensativo, desvio la mirada y tratando de salir de la cama, pero le dolía bastante el cuerpo, comenzó a mirar sus brazos quien tenía algunas curitas y golpes en algunas areas del cuerpo y se comenzó a rascar el cuello con la mirada baja, dio un corto suspiro.

-Maldición... ¿por qué estas cosas me pasan a mi? -murmuro

Se paro de la cama, aún con el dolor encima comenzó a ver el área del cuarto, habían muchos cuadros, los vio detalladamente y algo le llamó la atención, era un pequeño cuadro con unas personas allí, el único al que reconocía era al señor Endeavor, por lo que le informaron usualmente el venía a la oficina de Touya. Siguio viendo, tal vez los demás eran su familia.

-Uhm... -se toco la cabeza y frunció un poco el ceño, estaba comenzando a doler la cabeza

Se acercó a la cama nuevamente para sentarse, y acostarse en la cama.

¿Por cuanto tiempo estará en la casa de Touya?... tal vez hasta hoy en la noche o hasta mañana.

Le preguntara más tarde.

Se le empezaron a cerrar los ojos, quedándose completamente dormido.