✩｡:*• Imaginas con Leon S. Kennedy ✩｡:*•
✧ Cada capítulo contiene una historia diferente al resto, en algunas ocasiones pueden ser consecutivas (tomando no más de dos o tres capítulos de duración, a excepción de algunas consideraciones).
✧ Contenido...
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Audiencia: 18+ «sexo explícito» Apariencia: Leon Kennedy, RE2 Remake.
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Siempre estabas atenta a las pequeñas señales que indicaban cuando tu novio se ponía nervioso.
Contrae los hombros, sus piernas rebotan una y otra vez, se distrae con facilidad, y su mano nunca busca la tuya. El sudor de sus palmas se hace evidente cuando intentas tomarlas para calmarlo.
Él ansiaba escapar de cualquier entorno o situación que los rodeara, deseando estar juntos. Sentir el peso de tu cuerpo sobre él, tus delicados dedos acariciando su suave cabello rubio. Necesitaba el roce de tus uñas en su cuello y espalda.
Hundir su rostro en tu cuello y aspirar el dulce aroma de tu suave piel. Su cabeza descansando allí, abrazándote firmemente por la cintura, mientras aún mantiene los ojos cerrados.
Después de una importante misión, cuando Leon tenía mucha hambre, a menudo se quedaba mirando fijamente al vacío durante horas.
Oh pobre bebé, tan descuidado.
Así que ahí estabas, observándolo mientras su mirada se perdía en la nada. Estaba aturdido. Quién sabe cuántas cosas crueles y horribles había presenciado durante su misión. Había estado fuera por más de cuatro meses, y no cabía duda de lo exhausto que debía estar.
Habían pasado dos días desde su regreso al departamento y aún no había hablado contigo.
Te acomodaste frente a él sobre el sofá y le susurraste cerca del oído:
⸺ Leon, cariño... ⸺él parpadeó ávidamente saliendo de su trance, fijando su atención en tus ojos⸺ Déjame cuidar de ti.
Te observó detenidamente. Lo conocías mejor que nadie y sabías que estaba sufriendo en lo más profundo. Deslizaste la palma de tu mano por su mejilla mientras lo veías asentir con sus ojos azules, llenos de vulnerabilidad.
Te inclinaste hacia sus labios, indecisa sobre si besarlos o no... entonces él te miró por un instante y unió sus labios a los tuyos dulcemente. Querías hacerlo sentir bien después de todo. Sentiste sus caricias en tu cabello mientras continuaba besándote. Lo hacía de una manera tan reconfortante.
Se levantó y tomó tu mano con delicadeza, llevándote a la habitación y cerrando la puerta tras ustedes. Se quitó la camiseta y volvió a besarte.
Retrocediste lentamente hasta caer sobre el colchón, mientras él se colocaba encima sin aplastarte, trazando un sendero de besos desde tu cuello y clavícula hasta tu abdomen y vientre. Con calma, se detuvo para quitarte el short y las bragas, tomándose su dulce tiempo.
Era un chico tan tierno y atento contigo, y por eso lo amabas profundamente.
Se acercó a tu intimidad y comenzó a ofrecerte el mejor de los sexos orales. Sentías su cálida lengua explorando tu punto más sensible. Un suave gemido escapó de tus labios cuando lo sentiste estimular tu clítoris.
Arrodillado en la cama, bajó el cierre liberando su erección. Te dejó sin aliento, pero no podías tomar la iniciativa, él tenía el control absoluto.
Tomó tus piernas y las elevó suavemente hasta tus costillas, mientras sostenía su pene. Sentiste cómo introducía la punta en ti con una lentitud estremecedora. Un gemido escapó de tus labios al sentirlo completamente dentro de ti.
Te penetraba suavemente. Sabía que eso te frustraba, pero no lo hacía a propósito. Estaba disfrutando tanto de ese dulce sexo que quería tomárselo con calma.
Mientras te penetraba, te besó con paciencia, sus labios suaves y deliciosos. Eran besos cuidadosos, como si hubiera olvidado cómo besar durante todo el tiempo que estuvo fuera del país.
Tan tierno.
Acariciaste su suave cabellera rubia mientras continuabas sintiendo su penetración suave. Era delicado, pero lo sentías profundamente; gemías con cada embestida.
Lo sentiste estremecerse, estaba cerca de alcanzar el clímax dentro de ti. Aumentó el ritmo de sus caderas ligeramente. Sabías que no tardaría mucho más y no podías culparlo; sentir tu cálido y húmedo sexo rodeándole la verga era algo que no podía dejar pasar desapercibido.
Apretó una de tus tetas y sus caderas se sacudieron. Escuchaste su grave gemido mientras lo observabas fruncir el ceño. Encontraste adorable su expresión.
Pequeñas gotitas de sudor brillaban sobre su frente.
Acariciaste su abdomen cuando terminó de llenarte con su esencia y cayó suavemente sobre ti, con su cabeza reposando en tu cuello. Sentiste su suave respiración sobre tu piel mientras lo abrazabas, cubriéndolo con la sábana, y acariciabas su cabeza con calma.
⸺ Te amo tanto ______. ⸺lo escuchaste murmurar por lo bajo.
Sonreíste sutilmente.
No tenías el corazón para confesarle que aún no habías alcanzado el clímax. Habías disfrutado de su amorosa entrega en la intimidad. Era un joven cariñoso. Sentías cómo empezaba a quedarse dormido sobre tu pecho.
Observaste su rostro hermoso, notando sus mejillas sonrojadas y sus grandes pestañas. Su nariz pequeña y respingada complementaba su belleza, al igual que sus labios rosados y jugosos.
Parecía un pequeño querubín.
Te sentías tan afortunada de tener a ese chico solo para ti.
⸺ Y yo a ti cariño...
Susurraste para después besar su cabeza y seguir acariciando su suave cabello.
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