Estoy preparada para salir, a estas alturas ya olvidé cómo es que llegué aquí, pero no hay marcha atrás, el juego está por comenzar, tengo que ganar, sólo habrá un ganador, y esa seré yo.
Para castigar a los presos la región hace una especie de sacrificio o ''el juego'' como ellos lo llaman.
Cuando estás en la cárcel evalúan tu comportamiento, dependiendo como sea te sacan. Víctor fue el elegido está vez, como la anterior vez, y la anterior, él siempre gana, la verdad no se le hace difícil, roba, lo encarcelan, lo eligen para el juego, gana y lo dejan libre, a la gente le gusta verlo matar gente, es por eso que lo dejan seguir jugando. Es grande, fuerte, por raro que sea tiene un cabello negro y sedoso que le cae un poquito más arriba de los hombros, sus ojos son grandes y oscuros, perfectos para la mirada fría e indiferente que tiene normalmente, pero cuando se trata de matar, parece que observas el mismo infierno a través de esas ventanas circulares, ciertamente dan miedo.
Yo por el contrario soy débil, no soy baja de estatura, pero nada se puede comprar con él, además no tengo fuerza, soy un poco rápida, pero eso no me es de ayuda, tengo el cabello café caramelo y ojos cafés oscuro como cualquier ciudadano. Pero no es momento de pensar en eso, tengo que concentrarme y pensar en una estrategia.
El juego se lleva a cabo en una pequeña cancha escalonada de 10m x 15m x 8m y con escalones de 50 cm, en la cancha todo es válido, hay, solo una regla, tienes que matar a tu oponente para poder ganar. Nunca he visto jugar a Víctor, las autoridades no permiten espectadores, solo puede observar la familia de los jugadores y las autoridades, pero si quieres observar tendrás que hacer negocio con el juez y pagar $5000.
He escuchado que es bueno con la espada, le gusta jugar cuerpo contra cuerpo, pero yo sé que en magia se queda corto. Hace tiempo que conozco a Víctor, está por casarse con una de mis primas, para eso es que roba, para costearse la fiesta, mi prima está encaprichada con él, no sé qué le atrae de él pero ha de ser algo realmente hermoso o fantástico o sus músculos para quererse casarse con ese tipo. Ella ha tratado de mil formas para que él y yo nos llevemos bien, pero simplemente lo odio, no existe razón alguna, y ahora que sé que está apunto de matarme para comprarle un hermoso vestido de novia a mi prima, lo odio con más fuerza, a él y a ella, de una forma inimaginable.
Me doy cuenta de que me estoy encajando las uñas cuando siento que lograron atravesar la piel, joder justo ahora. Pero la verdad es que tengo tanto miedo, ira, nervios y odio que mi cuerpo a empezado a temblar, la cabeza me da vueltas, es imposible poder concentrarme, en lo único que pienso son en esos ojos negros anunciándome la hora de mi muerte.
Por fin escucho el ruido de la puerta abriéndose, en pocos segundos estarán abriendo mi celda, siento que mi corazón late con más benevolencia, así que decido pararme, me asomo por la ventana y tomo una gran bocanada de aire fresco que, probablemente, sea la última que dé en mi vida.
-Disfrútalo mientras puedes princesita, ya es la hora- dice Oscar uno de los guardias.
-sí y más te vale que te des prisa, estoy deseoso de ver tu sangre- me dice Diego, el más tonto e incrédulo de los guardias.
Me doy la vuelta pesadamente, no hace falta decir que no quiero salir, pero el que quiera no es una opción, tengo que salir. Al salir de mi celda Oscar se acerca y me pone las esposas, yo la miro incrédula, entonces él se acerca a mi oído y susurra
-Para que no intentes escapar, princesa- me dice con un deje de burla en su voz.
Yo solo atino a verlo con furia, en estos momentos no soy capaz de articular palabra alguna a causa del miedo.
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Eras tú
Short StoryEstoy preparada para salir, a estas alturas ya olvidé cómo es que llegué aquí, pero no hay marcha atrás, el juego está por comenzar, tengo que ganar, sólo habrá un ganador, y esa seré yo.